Seguro te ha pasado alguna vez… Tu pequeño explota, grita, patalea y nada de lo que haces parece calmarlo, por el contrario: ¡se enfada aún más! ¿Qué podemos hacer ante los ataques de ira en niños?

Hoy en Escuela de Padres hablamos de las explosiones de ira: qué son, por qué se provocan y qué podemos hacer como papis para afrontarlas. ¡No te pierdas este post!

Ataques de ira: ¿qué son y por qué se producen?

Las explosiones de ira o rabietas extremadamente fuertes donde el niño grita, patalea, patea, pega, gruñe e incluso escupe no son desconocidas para la mayoría de los padres. ¿Por qué?

Es normal que los niños se enfaden con sus padres, con sus hermanos, con sus amigos ¡o con el mundo en general! A todos nos pasa pero claro, los adultos hemos aprendido con el tiempo a controlar nuestros impulsos, a ponerle nombre a nuestros sentimientos y a reconocer los síntomas de la ira mientras que para los niños es un camino nuevo y desconocido.

El enfado se puede apoderar de ellos al no reconocer sus signos y es este momento, cuando el enfado crece en ellos, que explotan. Ahora bien, es normal pero… ¿cómo afrontar los ataques de ira en los niños?

8 consejos para afrontar las explosiones de ira

Como papis, podemos (y debemos) ayudar a nuestros hijos a aprender a gestionar sus sentimientos. Descubramos juntos qué podemos hacer ante una explosión de ira:

  • Escucha a tu hijo e intenta entender lo que le sucede.
  • No te tomes el ataque como algo personal: él no sabe cómo manejar sus sentimientos y se la toma contigo, como podría hacerlo con otra persona.
  • Habla con él sobre sus emociones.
  • Si el niño no quiere escuchar, déjalo tranquilo. Espera a que se calme antes de dialogar.
  • Dale alternativas al comportamiento que quieres erradicar: si escupe, dile que puede en cambio lavarse la cara y las manos, si te pega, puede golpear un cojín…
  • Después del ataque de ira, dialoga con él sobre qué lo ha producido y pensad juntos cómo se pueden evitar estas situaciones en el futuro. Si tu hijo es muy pequeño, quizá lo pueda expresar mediante un dibujo.
  • Luego de la rabieta, enséñale técnicas de relajación: contar hasta 10, retirarse a otra habitación, peinar una muñeca, atar o desatar nudos…
  • ¡Da el ejemplo! Si tú te enfadas de manera incontrolable, ¡tu hijo te imitará!

Por supuesto, lo mejor es intentar prevenir estas explosiones. ¿Cómo? Veamos algunas ideas…

Cómo prevenir ataques de ira en niños

  1. Ayuda a tu hijo a reconocer sus sentimientos: ponle nombre a lo que le pasa y señala los síntomas que pueden ser tensión, dolor de estómago, calor, taquicardias…
  2. Juega con tu hijo desde pequeño a algún juego para aprender las emociones, de esta manera irá aprendiendo a reconocer sus propios estados de ánimo. Si puede ponerle nombre a lo que siente, quizá pueda evitar la explosión de rabia.
  3. Enseña a tu hijo a puntuar sus sentimientos del 0 al 10 o mediante una escalera de colores (en el caso de los más pequeños) con preguntas como: ¿qué tan enfadado estás?
  4. Dale alternativas a tu hijo para afrontar su rabia: si no quieres que tu hijo te pegue, te grite o te escupa, dale opciones de qué está admitido como por ejemplo golpear un muñeco o un cojín, pintar en la pizarra o bañarse hasta que se calme.
  5. Evita minimizar los sentimientos de tu hijo e intenta evitar el NO: utiliza frases como «entiendo lo que te pasa», «a mí también me pasaría»… La empatía es fundamental para que el niño se sienta contenido, si se siente «atacado» de alguna manera, es más probable que estalle su rabia.
  6. Si estas explosiones se producen cuando tu hijo tiene hambre o está muy cansado, ¡evita que llegue a ese punto!

Imagen: David Salafia

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