Muchos padres alrededor de los dos años se plantean quitar el chupete a sus hijos. Se trata de un  periodo de preparación para una de las primeras despedidas. Luego acompañarán otras, el pañal, su trapito…

Son momentos importantes en los que los niños necesitan elaborar, digerir los cambios, y los padres podemos ser de gran ayuda para que se produzcan de la mejor forma posible, por ello hoy os vamos a dar unos consejos sobre cómo y cuándo quitar el chupete.

¿Por qué algunos niños usan chupete?

Aunque asociado a tradición cultural (en algunos países asiáticos no es habitual su uso), durante el primer año de vida el placer del bebé está asociado a la boca: recibe su alimento mamando, reconoce los objetos metiéndoselos en la boca.

Los niños se calman succionando, por lo que el chupete es tranquilizador (de hecho en inglés se traduce por pacificador). Es algo así como la zona “de moda”, es esa época en la que uno está todo el día pendiente porque se mete cualquier cosa a su boca, arena, juguetes, otros chupetes… Sabéis a lo que me refiero, ¿verdad?

¿Por qué entonces se tendría que retirar el chupete?

Existen recomendaciones de su retirada, con el fin de evitar problemas orofaciales que pueden afectar a la mordida, deglución o masticación.

Pero además, mientras el niño va adquiriendo ciertas habilidades, puede poco a poco buscar formas de calmarse por sí mismo. Si la relación que se establece con sus figuras primordiales es satisfactoria, los niños poco a poco van interiorizando la capacidad de autoapaciguarse.

¿Cuándo y cómo quitar el chupete?

Ojalá tuviéramos la fórmula mágica, cada niñ@ es únic@ y las circunstancias también lo son. Quizás a partir de los dos años sería un buen momento para empezar a planteárnoslo.

Los padres tenemos que comprender que los niños pasan por procesos, que llevan un tiempo. No recomiendo arrebatarles el chupete de un día para otro. El ideal es que llegue un momento en el que quiera dejarlo por sí mismo.

Alrededor de los 15/18 meses podemos ir haciendo hincapié en que si hablan con chupete no les entendemos.

Por ejemplo, en un periodo de tranquilidad y  aparente “normalidad” se puede ir haciendo hincapié en que el chupete se usa sólo para dormir. Así que durante unos meses los niños pueden perfectamente asociar que el chupete es sólo para dormir. Cuando se levantan lo pueden dejar voluntariamente en su cunita. Para esto recordad que tenéis que estar coordinados, así que tanto el papá, como la mamá y los abuelos y tíos… Todas aquellas personas que estén en contacto con los niños estarán al tanto.

Es importante ir hablándolo con él/ella… Ir generando una historia que le iremos contanto. Por ejemplo, Podemos usar algún cuento que genere una historia para que puedan ir preparándose para la despedida. En “Adiós chupete” un ratón llamado Nicolasete se encuentra un chupete olvidado. El ratón pregunta a diferentes personajes, buscando su dueño, pero nadie lo quiere, la cigarra no puede cantar con chupete, la rana no puede croar, el perro no puede comerse un helado… Hasta que un niño en el parque le dice que ya no lo quiere, que es mayor y no lo usa. A los niños les encantan los cuentos y les ayudan a poner nombre y voz a lo que les pasa. No tengáis miedo a nombrarlo, todo lo contrario, les ayudará en su despedida. Podéis encontrar el libro aquí.

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Así que en el momento en el que se decida definitivamente la retirada total, sería bueno poder dárselo a otra persona o tirarlo, animándoles a decir “Ya no te necesito, soy mayor y me voy a dormir sin ti… Adiós chupete”.

Haced una despedida del chupete, ellos tienen mucho que decir. Una vez que se va, no vuelve. Habrá momentos más difíciles, pero tened en cuenta que es más importante ser constantes y firmes. Es completamente normal que pasen algún día pidiéndolo… Sed comprensivos con sus cambios, no es una etapa fácil. Si usa un trapito o mantita, dejádselo…

Es habitual que muchos niños conserven estos objetos que les ayudan en las separaciones de sus figuras de apego hasta etapas escolares. Verás como en algún momento ellos mismos pierden su interés por ellos.

Seguid reforzando sus logros, sus cualidades, su autoestima… Y en poco tiempo lo habrá superado. Os lo decimos por experiencia…

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