Con la resaca de la semana de San Valentín nos  hemos puesto románticas, así que me apetecía contaros ciertos aspectos de importancia sobre la evolución de la vida en pareja cuando se tienen hijos.

Muchos autores afirman que la primera crisis importante de pareja deviene con el nacimiento del primer hijo. Surgen nuevos roles entre la pareja, que ha de cuidar de un bebé del todo dependiente, generando miles de cambios familiares. Tras esos primeros meses de “ser sólo mamá”, poco a poco, la familia se va adentrando a la recuperación de ciertos aspectos que tenían que ver con la pareja.

¿Te resulta complicado? ¿Crees que no es necesario? ¿Con las tensiones de la crianza se te quitan las ganas? Pues ojito, igual es positivo que reviséis y deis un nuevo aire a la relación:

1)   Una pareja necesita ESPACIOS A SOLAS. Si, así de simple. Sé que estás pensando que no es tan fácil, que entre unas cosas y otras resulta complicado.  La verdad es que cuando nace un niño nacen también nuevos roles, pero también de la familia extensa (tíos, abuelos…) y necesitáis regularlo. Conforme el bebé va creciendo, paulatinamente pueden surgir otros intereses, necesidades o apetencias en la pareja. Puede ser un ratito de un café mientras que el bebé disfruta con su abuela. Pero poco a poco es muy positivo que las miles de cosas que uno ha de hacer en el día a día, reservéis un espacio para hablar, charlar, divertirse… al margen del niño.

2)   Una buena relación de pareja es VITAL PARA EL CRECIMIENTO DE LOS HIJOS. Si albergas algún tipo de culpa, o sensación de que no es del todo importante, he de decirte que tus hijos te observan todo el día. Con tu relación de pareja le ofreces un modelo de relación de intimidad (si tenemos muestras de cariño, cómo nos hablamos, si nos apoyamos cuando estamos desbordados…). Si la pareja no marcha tendrá repercusión en toda la familia, ya que uno de vosotros puede unirse mucho al niño, dejando aislado al otro; o bien el hijo puede colocarse en una especie de “mensajero” entre los dos.

3)   Piensa que te unes en pareja para crecer y ser feliz. Por lo tanto, nadie quiere permanecer al lado de alguien que critica todo lo que hace, ignora o cuestiona cada movimiento. Por lo tanto, AUMENTA EL NÚMERO DE INTERCAMBIOS POSITIVOS Y DE AFECTO ENTRE VOSOTROS. Pues sí, necesitáis divertiros, deciros las cosas que os gustan uno del otro, miraros, acariciaros… Sabemos que el otro no es perfecto, ni tú tampoco, ni la pareja… Afortunadamente J Por lo tanto, recuérdate y recuérdale las cosas que te gustan de él/ella. De esa forma le das pistas para que pueda repetirlas.

4)   La paternidad implica un aumento de la responsabilidad y un sin fin  de tareas que hacer. Un interesante estudio realizado entre 96 parejas recién estrenadas en la paternidad (Hidalgo Mª Victoria , Menéndez S., 2003), concluía que tras el primer hijo las parejas tenían cierto deterioro en su relación con mucha variación de unas a otras. Entre los factores que influían tenían que ver: grado de percepción de reparto de tareas,  apoyo emocional percibido por el otro y grado de implicación en el cuidado del bebé. Es algo que podemos observar en la consulta, difícilmente podemos estar bien con el  otro si nos sentimos sobrecargadas con las responsabilidades de los hijos. Por lo tanto, PIDE APOYO, comunica con claridad tus necesidades e intereses, antes de llegar a tu límite. Recuerda, que aunque sea muy evidente para ti, hasta el momento, el otro no puede adivinar lo que piensas.

Y si todo esto se te hace difícil, no ves la manera, tu convivencia es complicada, pide ayuda. A veces, con unas pocas sesiones y con una opinión desde fuera, un profesional puede ayudaros a comprender lo que está pasando y a cambiar ciertas costumbres.

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