En casa la crema de champiñones aparece muchas noches de otoño, sobre todo cuando abro la nevera y veo esa bandejita de champis que amenaza con ponerse fea si no la gasto ya. Es de esas cenas que preparo sin pensarlo mucho, porque sé que siempre gusta y me ahorro discusiones con los niños.
Lo bueno es que no tiene misterio: un sofrito rápido, caldo calentito y en un rato tienes la crema lista. A veces la dejo más ligera, otras más espesita… según lo que me apetezca o lo que tenga a mano. La verdad es que me saca de más de un apuro, y encima queda con pinta de plato “bien hecho”, aunque tardes un cuarto de hora en prepararlo.
Y te confieso algo: mis hijos nunca fueron muy amigos de las setas, pero en crema no protestan ni un segundo. De hecho, mojan pan a lo loco y luego me piden repetir. Así que si en tu casa también hay algún “anti-champiñones”, prueba con esta receta porque cambia la película.
ÍNDICE DE CONTENIDOS
Receta de crema de champiñones. fácil
Ingredientes
- 500 g de champiñones frescos
- 2 puerros (solo la parte blanca)
- 2 dientes de ajo
- 3 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
- 30 g de mantequilla (opcional)
- Caldo de verduras o pollo
- 200 ml de leche evaporada
- Sal al gusto
- Pimienta negra molida al gusto
- Nuez moscada (opcional)
Cómo hacer crema de champiñones sin nata
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Lo primero es preparar las verduras. Limpia bien los champiñones con un paño húmedo o con un cepillo, mejor que meterlos debajo del grifo porque se empapan de agua y luego pierden sabor. Córtalos en láminas no muy finas, que luego la batidora hará su trabajo. Lava también los puerros y corta la parte blanca en rodajas finas. Pela los ajos y déjalos listos.
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Pon una cazuela amplia al fuego con el aceite de oliva y, si quieres, un poquito de mantequilla para darle más sabor. Añade los puerros y los ajos y sofríelos a fuego medio hasta que estén blanditos, sin prisas para que no se quemen. Cuando empiecen a ponerse transparentes, echa los champiñones y remueve un par de minutos, verás que enseguida sueltan agua y se reducen bastante.
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Ahora toca añadir el caldo. Vierte el caldo caliente sobre las verduras, sin llegar a cubrir del todo, más o menos un dedo por debajo, pon un poco de sal y pimienta, y deja que hierva a fuego suave unos 15 minutos. La idea es que los champiñones se terminen de cocinar y el caldo coja todo el sabor.
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Cuando pase ese tiempo, aparta la cazuela del fuego y tritura con la batidora hasta que quede una crema fina y sin trozos. Vuelve a ponerla al fuego bajo y añade la leche evaporada, mezclando bien para que se integre. Ajusta de sal y, si te gusta, añade una pizca de nuez moscada que combina muy bien con los champiñones. Un par de minutos más al fuego y la crema estará lista para servir.

Consejos para hacer una crema de champiñones saludable y rica
- Para limpiar los champiñones lo mejor es evitar el grifo, porque se empapan enseguida y pierden sabor. Con un paño húmedo o un cepillo se quedan listos y conservan mejor su textura.
- Si quieres que la crema de champiñones quede más espesa, usa menos caldo al principio y ve ajustando después. Y si prefieres algo más ligero, añade un poco más de líquido hasta dar con el punto que te apetezca.
- Con el caldo pasa como siempre: el casero marca la diferencia. Si puedes preparar un caldo de verduras o un caldo de pollo, mucho mejor, porque da un sabor más natural y menos salado que los de pastilla o brick. Eso sí, si estás con prisa, el comprado también te saca del apuro.
- En lugar de leche evaporada también puedes poner nata de cocina, alguna bebida vegetal o incluso yogur natural. Cada opción da un matiz diferente, pero todas funcionan bastante bien.
- La crema aguanta tres días sin problema en la nevera, siempre tapada. También se puede congelar, aunque es mejor hacerlo antes de añadir la parte cremosa para que no se corte. Al recalentarla, solo tienes que incorporarla en el último momento.
Cómo acompañar la crema de champiñones casera
Esta crema funciona muy bien como primer plato, sobre todo en comidas de otoño e invierno. Puedes servirla tal cual, bien caliente, pero si quieres darle un puntito más, acompáñala con pan tostado, picatostes o incluso unas rebanadas de pan de ajo.
Otra idea que suelo hacer en casa es añadirle un poco de queso rallado por encima justo antes de llevarla a la mesa. Con el calor de la crema se funde y le da un toque riquísimo. También van genial unas hierbas frescas como romero, perejil o cebollino picado, que además le ponen color. Yo siempre reservo algunos champiñones del sofrito para poner por encima, que además de quedar bonito dan textura al plato.
Si prefieres darle un aire más completo, la puedes usar como salsa para carne blanca, como pollo o pavo a la plancha. Incluso queda estupenda con pasta corta, tipo macarrones, si la mezclas bien y espolvoreas un poco de nuez moscada o queso.
Al final, preparar esta crema de champiñones ligera como ves no tiene ninguna complicación y siempre queda rica. Así que ya sabes, pruébala ¡y luego me cuentas!
Si buscas otras cremas y sopas, no puedes dejar de probar la receta de sopa de cebolla, un clásico reconfortante con queso gratinado por encima, la receta de crema de zanahoria, dulce y suave, perfecta para los peques, la receta de crema de calabaza, ligera y muy aromática gracias a un toque de nuez moscada, y la receta de crema de calabacín, sencilla y rápida, ideal para una cena ligera y saludable.