Crema de verduras

Crema de verduras ligera
Crema de verduras ligera y casera con patata, calabaza, zanahoria y más. Ideal para variar el menú de los niños y cenas saludables.

La crema de verduras era el truco de mi madre para que mi hermana y yo comiéramos verduras sin rechistar. Ella la servía bien caliente, con un poco de pan al lado, y nosotros ni preguntábamos qué llevaba dentro. Ahora, con mis hijos, he terminado usando la misma estrategia, y la verdad es que funciona igual de bien.

Generalmente la preparo con patata, zanahoria, calabaza, calabacín, cebolleta, puerro y nabo, que son las verduras que siempre me dan buen resultado y dejan una textura suave. Pero reconozco que muchas veces improviso con lo que haya en la nevera: un trozo de apio que se queda solo, un poco de brócoli o incluso algo de coliflor. La crema admite de todo y siempre queda rica.

Con el tiempo se ha convertido en mi pequeño “secreto” para variar las verduras en el menú de casa sin que los niños pongan pegas. Cambiando un par de ingredientes, parece una receta distinta cada vez. Y, entre nosotros, es una de esas soluciones que me salvan más de una cena de la semana. Así que si quieres probar en tu cocina, aquí tienes la receta de la crema de verduras tal y como la preparo yo.

Receta de crema de verduras ligera

Ingredientes

  • 2 patatas medianas (unos 300 g)
  • 3 zanahorias medianas (unos 200 g)
  • 500 g de calabaza
  • 2 calabacines medianos (unos 400 g)
  • 1 cebolleta grande
  • 1 puerro grande
  • 1 nabo mediano (unos 150 g)
  • 3 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
  • Sal y pimienta al gusto
  • 1,2 – 1,5 litros de agua (según la textura que quieras)
  • Perejil fresco picado (para servir)
  • Pimentón dulce (para servir)

Cómo hacer crema de verdura casera

  • Lo primero es preparar todas las verduras. Pela la patata, la zanahoria, el nabo y la calabaza, y córtalos en trozos medianos para que se cocinen más rápido. Lava bien el calabacín, la cebolleta y el puerro, y trocéalos también. No hace falta que queden muy pequeños, porque después lo vamos a triturar todo.

  • Pon una olla grande al fuego con el aceite de oliva y, cuando esté templado, añade la cebolleta y el puerro. Sofríelos unos minutos a fuego medio, removiendo de vez en cuando, hasta que estén un poco blandos. Este paso le da más sabor a la crema.

  • Receta Crema De Verduras

    Después incorpora el resto de verduras a la olla, sofríelas por un par de minutos y luego y cúbrelas con el agua. Añade un poco de sal y deja que hierva. Cuando empiece a hervir, baja el fuego y cocina unos 25 minutos, hasta que las verduras estén tiernas y se deshagan fácilmente con un tenedor.

  • Cuando ya estén listas, apaga el fuego y tritura todo con la batidora hasta que consigas una crema fina. Si ves que está demasiado espesa, añade un poco más de agua caliente hasta dejarla a tu gusto. Añade un poco de pimienta recién molida, pruébala y rectifica de sal si hace falta.

  • Sirve la crema bien caliente, con un poco de perejil fresco picado y un poco de pimentón dulce por encima para darle color y un toque fresco.

Crema Ligera De Verduras

Consejos para hacer crema de verduras

  • Ajusta la textura según tu gusto. Si prefieres una crema más espesa, reduce la cantidad de agua durante la cocción o deja evaporar un poco de líquido antes de triturar. Si, en cambio, quieres que quede más ligera, simplemente añade un poco más de agua caliente al final y vuelve a batir.
  • No te limites a las verduras de la receta. Aunque la base de patata, calabaza, zanahoria, calabacín, cebolleta, puerro y nabo funciona muy bien, puedes improvisar con lo que tengas en casa. Brócoli, apio o incluso coliflor encajan perfectamente y cambian ligeramente el sabor sin complicarte nada.
  • Para los niños pequeños, mejor una textura muy fina. Si tienes peques en casa, lo ideal es triturar bien la crema y pasarla por un colador chino si queda algún resto de fibra. De este modo, se la comen sin protestar y sin encontrarse trocitos que luego aparten en el plato.
  • Cómo conservarla en la nevera. La crema aguanta sin problemas de dos a tres días guardada en un recipiente hermético. Solo tienes que calentarla antes de servir, mejor a fuego lento y removiendo, para que no se pegue ni pierda textura.
  • Congelar también es una buena opción. Puedes repartirla en tuppers individuales o bolsas de congelación, dejarla enfriar del todo y meterla al congelador. Se conserva bien hasta tres meses. A la hora de consumirla, basta con descongelar en la nevera el día anterior y calentar a fuego suave.

Cómo acompañar la crema de verduras

Una de las formas más sencillas de darle un poco de gracia a la crema es añadirle picatostes de pan. Basta con cortar pan en dados, pasarlos por la sartén con un chorrito de aceite y en un par de minutos tendrás un toque crujiente que a los niños les encanta.

Otra idea muy práctica es ponerle semillas o frutos secos por encima, como pipas de calabaza, almendras laminadas o incluso nueces picadas. Además de aportar textura, suman un extra de nutrientes que siempre viene bien.

Si te apetece hacerla más completa como plato único, puedes acompañarla de un huevo duro picado o de un poco de pollo desmenuzado que te haya sobrado de otra comida. Es una manera de aprovechar restos y convertir la crema en un plato más saciante.

Otra opción que nos gusta mucho en casa es añadir una cucharadita de crema agria justo antes de servir. Le da un toque suave y cremoso que combina muy bien con el sabor de las verduras, y además hace que el plato se vea más apetitoso.

Y claro, no me olvido del clásico: servirla con un poco de queso suave rallado (tipo emmental o mozzarella), que se derrite al contacto con el calor. A los peques les suele parecer un acierto.

Y ya está, tu crema de verduras lista para disfrutar. No hace falta complicarse ni añadir nada más: un plato sencillo, lleno de sabor y que además te permite variar las verduras según lo que tengas en casa. La próxima vez que quieras probar algo distinto, puedes cambiar las proporciones o añadir un ingrediente nuevo y verás cómo cambia el resultado sin perder la suavidad que tanto gusta a los niños.

Si buscas otras sopas y cremas, no puedes dejar de probar la crema de puerros, que combina puerros y patata en un plato suave y reconfortante; la crema de champiñones, ideal para los amantes de los sabores intensos y ligeramente terrosos; el caldo de pollo, perfecto para los días de frío y como base para otras recetas; y la sopa de cebolla, que sorprende con su sabor dulce y caramelizado, perfecta para servir con un poco de pan tostado y queso gratinado por encima.

Ver las recetas
Receta De Crema De Puerros Y Patata
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Crema de puerros
Receta De Crema De Champiñones Fácil
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Crema de champiñones
Receta De Caldo De Pollo
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Caldo de pollo casero
Receta De Sopa De Cebolla Francesa
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Sopa de cebolla (gratinada con queso)

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