A ver, dime si esto te suena: llegas del trabajo o del cole con los críos, no tienes mucha idea de qué hacer para cenar, abres la nevera… y ahí están. Las judías verdes de siempre. Pues mira, una ensalada de judías verdes puede parecer lo más simple del mundo, pero con un par de cosas más, se transforma en algo que de verdad apetece.
La verdad es que las judías verdes, si las sabes combinar, te pueden quedar en ensalada de escándalo. Frías, templadas, con ingredientes que seguramente ya tienes por casa, y sin complicarte mucho la vida. Que oye, está muy bien comer sano, pero si encima no te tiras una hora en la cocina, pues mejor.
Así que te traigo 5 recetas de ensalada de judías verdes para salir del sota-caballo-rey de siempre. Algunas son más clásicas, otras con un toque diferente, pero todas quedan riquísimas. Y lo más importante: se hacen en un pispás. Vamos con la primera que, si eres de los que les gusta el queso, esta te va a flipar…
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Ensalada de judías verdes con queso feta, cebolla morada y nueces

Mira, esta ensalada de judías verdes es de las que repites más de una vez. Tiene ese equilibrio entre lo crujiente de las nueces, lo cremoso del queso feta y el toque fresco y ligeramente picantón de la cebolla morada. Yo la suelo hacer cuando tengo feta en la nevera y me sobran unas judías del día anterior, que oye, aquí no se tira nada.
Ingredientes
250 g de judías verdes planas; ½ cebolla morada; un puñado de nueces; 80 g de queso feta; aceite de oliva virgen extra; sal; pimienta negra recién molida; un chorrito de zumo de limón (opcional, pero le da un punto)
Preparación
Lo primero: las judías verdes. Les quitas las puntas, las lavas bien y las cortas en trozos de unos 5-6 cm, más o menos. A mí me gusta que queden un poco al dente, así que las cuezo unos 6-7 minutos en agua hirviendo con sal. Si te gustan más blanditas, déjalas un pelín más. Luego las pasas por agua fría para que no sigan cociendo.
Mientras se enfrían, cortas la cebolla morada en rodajas finitas. Si eres de los que no les va mucho el sabor fuerte, déjala unos minutos en agua con hielo o vinagre, y verás cómo suaviza.
En una ensaladera pones las judías ya frías, la cebolla escurrida, las nueces troceadas y el queso feta desmenuzado. Y si eres goloso, no te cortes con el queso, que queda buenísimo.
Aliñas con aceite de oliva, sal, pimienta y, si te apetece, un chorrito de zumo de limón. Remueves con cuidado para no machacar el feta y… ¡lista!
Ensalada de judías verdes con almendras y menta

Esta ensalada de judías verdes tiene ese rollo fresco que apetece un montón en verano. Es ligera, con un puntito crujiente gracias a las almendras y ese toque de menta que le da alegría a todo. Yo la descubrí un poco por casualidad, un día que tenía unas almendras tostadas por casa y no sabía en qué usarlas. Y mira, al final se ha quedado como una de las fijas en casa.
Ingredientes
Judías verdes redondas (unos 250 g); un puñado generoso de almendras crudas (mejor si son con piel); unas hojas de menta fresca (al gusto); aceite de oliva virgen extra; sal; pimienta; una pizca de comino en polvo (opcional, pero queda genial); vinagre de manzana o limón.
Preparación
Primero lava bien las judías verdes, córtales las puntas y trocéalas. Cuécelas en agua con sal unos 5-6 minutos, hasta que estén tiernas pero aún firmes. La clave es que no queden mustias. Una vez cocidas, pásalas por agua fría o incluso con hielo, así mantienen ese color verde bonito y la textura crujiente.
Mientras se enfrían, tuesta las almendras en una sartén sin aceite, a fuego medio, removiendo para que no se quemen. Si quieres ir a lo fácil, puedes usar almendras ya tostadas, pero las que haces tú misma siempre tienen más sabor.
Ahora toca montar la ensalada. Mezcla en un bol las judías ya frías con las almendras y las hojas de menta troceadas con las manos. Aliña con aceite de oliva, una pizca de comino, vinagre (o zumo de limón), sal y pimienta. Remueve bien y prueba, porque aquí lo importante es que te guste a ti. Si te mola el sabor de la menta, ponle un poco más. Si no eres fan, puedes cambiarla por albahaca o perejil.
Ensalada de judías verdes con bacalao

Esta ensalada de judías verdes es una de esas que parecen muy básicas, pero cuando las pruebas te sorprenden. Lleva bacalao desalado en trozos, zanahoria cocida en daditos y un buen puñado de albahaca fresca, que le da un punto aromático súper agradable. El aliño va suave, para no tapar el sabor del bacalao, pero con un toque de ajo y limón que le sienta fenomenal.
Ingredientes
Judías verdes (unos 250 g); bacalao desalado en trozos pequeños (unos 150 g); 1 o 2 zanahorias cocidas y cortadas en daditos; albahaca fresca al gusto; aceite de oliva virgen extra; zumo de medio limón; 1 diente de ajo pequeño; sal; pimienta negra.
Preparación
Cuece las judías verdes en agua con sal durante unos 7 minutos, o hasta que estén tiernas pero no demasiado blandas. Luego pásalas por agua fría para cortar la cocción y que mantengan ese color verde bonito.
Haz lo mismo con la zanahoria, si no la tienes ya cocida. Pélala, córtala en daditos y cuécela hasta que esté blandita, pero sin que se deshaga. La dejas enfriar también.
El bacalao tiene que estar bien desalado. Si lo compras ya listo para usar, perfecto. Si no, tendrás que dejarlo en agua cambiándola cada pocas horas. Una vez desalado, desmígalo en trozos medianos, sin pasarte para que no se deshaga. Puedes usarlo tal cual, o si prefieres, darle un golpe de calor en la sartén con un poco de aceite (pero sin dorarlo).
Para el aliño, mezcla en un bol pequeño aceite de oliva, el zumo de medio limón, un diente de ajo bien picado (o machacado, si lo quieres más suave), sal y pimienta. Si tienes albahaca de sobra, puedes picar un poquito y añadirla al aliño también, aunque no es obligatorio.
En un bol grande, mezcla las judías con los daditos de zanahoria, el bacalao y las hojas de albahaca. Aliña con la mezcla que has preparado y remueve con cuidado para no romper el pescado. Déjala reposar cinco minutillos antes de servir.
Ensalada de judías verdes y atún

La ensalada de judías verdes y atún es una de esas recetas que casi todo el mundo ha comido alguna vez. Lo típico de casa de tu madre o tu abuela: sencilla, rápida y con ingredientes que siempre hay por ahí. Pero claro, todo tiene su gracia si lo haces con cariño y con un buen aliño. Y si le añades un par de cosas más, ya te queda redonda.
Ingredientes
Judías verdes planas (unos 300 g); 1 lata de atún en aceite de oliva; 2 huevos; un trozo de cebolleta o cebolla dulce; aceite de oliva virgen extra; vinagre suave (puede ser de manzana); sal; pimienta negra.
Preparación
Cuece primero las judías verdes, que ya sabes cómo va: les cortas las puntas, las troceas y las metes en agua hirviendo con sal unos 7 u 8 minutos, hasta que estén hechas pero con ese puntito firme. Luego las escurres y, si quieres que mantengan el color y no se pasen, las enfrías bajo el grifo o en agua con hielo.
A la vez, pon los huevos a cocer. Diez minutos desde que rompe a hervir el agua y los tienes listos. Los pelas y los reservas.
Corta la cebolleta en tiras finas y escurre bien el atún, que no quede encharcado. En un bol grande o fuente, junta las judías frías con el atún desmigado, la cebolleta y los huevos cocidos cortados en cuartos o en rodajas, como prefieras.
Aliña con aceite de oliva, vinagre, sal y pimienta. Prueba y ajusta a tu gusto. Si lo dejas reposar un ratito en la nevera, te lo digo ya: gana un montón de sabor.
Ensalada de patatas y judías verdes

Esta ensalada de judías verdes con patatas baby tiene un punto muy fresco pero a la vez saciante. No sé si a ti te pasa, pero a mí las patatas con piel y bien cocidas me encantan para ensaladas, sobre todo si llevan un aliño de los que se agarran bien a cada trocito. Y si encima le metes albahaca y eneldo, ya está todo dicho.
Ingredientes
Patatas baby cocidas con piel (unos 300 g); judías verdes (200-250 g); un par de cucharadas generosas de crema agria (puedes usar yogur natural o queso fresco batido si no tienes); eneldo fresco o seco al gusto; hojas de albahaca fresca; 1 cucharadita de mostaza de Dijon; un chorrito de limón o vinagre suave; aceite de oliva virgen extra; sal; pimienta negra.
Preparación
Empieza por cocer las patatas baby. Lávalas bien y cuécelas en agua con sal hasta que estén tiernas. Lo de pincharlas con un cuchillo pequeño nunca falla. Luego las escurres, las dejas templar un poco y las cortas por la mitad.
Las judías verdes las preparas como siempre: limpias, cortadas y cocidas en agua con sal unos 6-7 minutos, o hasta que estén tiernas pero sin pasarse. Luego las enfrías en agua con hielo o bajo el grifo.
Mientras se enfrían las verduras, haces el aliño. En un bol pequeño mezcla la crema agria con una cucharadita de mostaza de Dijon, un chorrito de limón o vinagre, sal, pimienta y un par de cucharadas de aceite de oliva virgen extra. Añade también el eneldo picado (si es fresco, mucho mejor) y unas hojas de albahaca troceadas con las manos. Remueve bien y ajusta de sabor: si lo quieres más suave, pon más crema; si lo prefieres más alegre, sube el punto de mostaza o limón.
Ahora solo queda montar: en un bol grande mezcla las patatas con las judías, vierte el aliño por encima y remueve con cuidado. Puedes añadir unas hojas extra de albahaca para decorar o un poco más de eneldo por encima. Lo suyo es dejarla reposar unos minutos antes de servirla, para que coja bien los sabores.
Pues ya lo tienes: cinco formas de preparar una ensalada de judías verdes sin caer en lo de siempre. Porque a veces, con cambiar un par de cosas, ya parece otro plato, ¿no?
Puedes tirar por lo más simple, como con tomate y cebolla, o montar algo más completo con patatas, pescado o huevos. Todo depende del día y de lo que tengas por casa. Lo bueno es que las judías se llevan bien con casi todo, así que dan mucho juego.
Si te animas a probar alguna combinación nueva o tienes tu versión de toda la vida, cuéntamelo. Que al final, en esto de comer rico sin complicarse, cuantas más ideas tengamos, mejor.
Si te gustan las ensaladas frescas pero con un puntito especial, no puedes dejar de probar la receta de ensalada Waldorf, que mezcla manzana, apio y nueces con una salsa cremosa muy suave; la ensalada de espinacas, perfecta para combinar con frutas, quesos o frutos secos y montar algo rápido pero resultón; la ensalada de alubias, ideal si te apetece algo más saciante y lleno de proteínas vegetales; y la ensalada de pollo, un clásico que admite mil variantes y que siempre queda bien para llevar o para una cena rápida.