Gazpacho de melón. Solo con decirlo ya suena a verano, ¿no? Esa mezcla fresquita entre lo dulce del melón y lo salado del resto de ingredientes es una auténtica maravilla. A ver, lo típico es que cuando hace calor, uno tire del clásico gazpacho andaluz de toda la vida, pero confieso que en casa tenemos otra versión que se ha ganado el primer puesto en nuestro ranking familiar: el gazpacho de melón.
Y te voy a decir por qué. Para empezar, es mucho más suave de sabor. En casa, mis hijos no son muy fans del gazpacho tradicional, que si está ácido, que si el pimiento… siempre hay alguna queja. Pero con este, oye, no hay protestas. Se lo toman tan ricamente, como si fuera una especie de crema fría dulce-salada, y hasta repiten. A mí eso ya me vale.
Además, es súper fácil de hacer. No necesitas nada raro, ni andar cociendo cosas ni complicarte la vida. Lo preparas en un momentito y te apañas un primer plato, un entrante o hasta un aperitivo de esos que dejan a la gente con cara de “oye, ¿y esto qué es?”. Pues eso, gazpacho de melón. Fresquito, original y con ese puntito que hace que la gente te pregunte la receta.
ÍNDICE DE CONTENIDOS
Receta de gazpacho de melón
Ingredientes
- 1 melón cantalupo (o el que quieras)
- 1 pepino
- 1 cebolleta
- 1/2 diente de ajo
- 1 rebanada de pan de molde
- 1 cucharada de vinagre de Jerez
- 100 ml de aceite de oliva virgen extra
- Sal y pimienta al gusto
- Unas virutas de jamón ibérico
Cómo hacer gazpacho de melón
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Lo primero es pelar el melón, quitarle las semillas y trocearlo. Aquí viene un detalle que a mí me gusta mucho para que quede más mono al servirlo: con una cucharita de hacer bolitas de fruta (si tienes una, claro), puedes sacar unas cuantas bolitas de melón y reservarlas en un bol pequeño en la nevera. Luego te van a servir para decorar el gazpacho al final, y la verdad es que queda muy resultón.
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Seguimos con el pepino. Se pela, se corta en trozos grandes y al vaso de la batidora. Luego pelamos la cebolleta y medio diente de ajo (no más, que si no se lleva todo el protagonismo), y los añadimos también. No hace falta picarlo mucho, con trozos medianos va bien porque todo va triturado después.
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A continuación, mojamos la rebanada de pan de molde en un poco de agua para que esté blandita, la escurrimos con la mano y la echamos al vaso. Le añadimos también el vinagre de Jerez, que le da ese punto de acidez que equilibra el dulzor del melón.
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Ahora sí, incorporamos los trozos de melón y lo trituramos todo muy bien. Tiene que quedar una mezcla fina, sin grumos. Si tu batidora no es muy potente, puedes colarlo después con un chino o un colador grande.
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Con la mezcla ya triturada, toca aliñar: echamos sal y pimienta al gusto, y luego vamos añadiendo poco a poco el aceite de oliva virgen extra mientras seguimos batiendo, para que emulsione un poco y coja una textura más cremosa. No hace falta que quede espeso, pero sí algo más suave que un zumo, digamos.
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Cuando esté listo, lo metemos en la nevera al menos una hora, aunque si puedes dejarlo más tiempo, mejor. Bien frío está muchísimo más rico, y además los sabores se asientan un poco.
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A la hora de servir, reparte el gazpacho en cuencos o vasitos, pon por encima unas cuantas bolitas de melón que habías reservado y termina con unas virutas de jamón ibérico. Y ya está, no necesitas más. Fresquito, bonito y muy fácil.
Consejos para que el gazpacho de melón te quede de 10
- Elige un melón bien maduro. Parece obvio, pero si está verde o insípido, el gazpacho no va a saber a nada. Tiene que oler dulce y ceder un poco al presionarlo.
- No te pases con el ajo. Con medio diente va que chuta. Si te pasas, se carga todo el sabor suave del melón. Y si eres muy sensible al ajo, incluso puedes usar solo un cuarto o prescindir de él.
- El pan es clave para la textura. Usa pan de molde blanco sin corteza y mójalo antes. No lo pongas seco, que luego se nota. Si prefieres pan del día anterior, también sirve, pero que no esté duro como una piedra.
- ¿Demasiado espeso? Añade un chorrito de agua fría hasta ajustar. Mejor ir poco a poco y no pasarte desde el principio.
- ¿Te ha quedado muy dulce? Puede pasar si el melón está muy maduro. Añade un pelín más de vinagre o incluso una pizca de sal extra para equilibrar.
- Si no tienes jamón, no pasa nada. Puedes incluso dejarlo sin nada si quieres una versión vegetariana. Otra opción: picatostes o unas semillas.
- Deja que se enfríe bien. En serio, esto es importante. Si lo tomas templado pierde toda la gracia. Mínimo una hora en la nevera, y si puedes más, mejor todavía.
- El gazpacho de melón aguanta perfectamente en la nevera durante 2 o 3 días, siempre que lo guardes en un recipiente hermético y bien cerrado. Eso sí, antes de servirlo otra vez, dale un meneíto con una cuchara o una batidora de mano, porque tiende a separarse un poco con el reposo.
Cómo acompañar el gazpacho de melón
Este gazpacho funciona genial como entrante ligero en una comida veraniega. Lo puedes servir en cuencos, pero si quieres darle un toque más moderno o tipo picoteo, sírvelo en vasitos pequeños, como si fueran chupitos fríos. Queda muy vistoso y entra solo.
Una idea que nos encanta en casa es acompañarlo con unos bastoncitos de pan crujiente o unos picos andaluces. Les das un mordisco entre cucharada y cucharada y le aportan ese toque crujiente que contrasta con la suavidad del gazpacho. También puedes ponerlo junto a una tabla de quesos suaves o incluso con un poco de burrata al lado. Suena raro, pero casa sorprendentemente bien.
Y si vas con prisas o no quieres complicarte, simplemente sírvelo frío, con sus bolitas de melón y el jamón ibérico por encima, y ya está. A veces lo más simple es lo más resultón. En días de calor, no necesitas más.
Bueno, pues ya ves que el gazpacho de melón no tiene ningún misterio. Es rápido, fácil y muy agradecido. Y oye, si encima consigue que los críos se lo tomen sin poner caras raras, ya es un puntazo. En casa es uno de esos platos que repetimos cada verano, sobre todo cuando pillamos un melón bien bueno.
Si te animas a prepararlo, guárdate unas bolitas para decorar y no te cortes con el jamón ibérico por encima. Queda de lujo. Y si lo pruebas y te gusta, ya sabes: lo compartes, lo repites o le das tu toque personal. Aquí no hay reglas fijas.
¡Nos leemos pronto!
Si te gustan las recetas de verano, no puedes dejar de probar el salmorejo, una crema fría y espesa de tomate y pan que se disfruta en toda Andalucía, perfecta para los días de calor. También está el tabulé, la ensalada de bulgur árabe con la frescura de la hierbabuena. No te olvides de la ensalada de lentejas, un plato fresco y completo que aporta proteína y fibra sin resultar pesado. Y para terminar, el batido de plátano, una bebida dulce y natural que refresca y aporta energía al instante, perfecta para las mañanas o como snack.
