La mousse de chocolate. Solo de pensar en ella, ya me entra antojo. Tiene algo especial, ¿no? Esa textura esponjosa, casi como una nube, y el sabor intenso del chocolate… para mí es uno de esos postres que siempre apetece.
La verdad es que la he probado de muchas formas: en restaurantes, en vasitos del súper, en casa de amigos… Pero nada como hacerla uno mismo. Te cuento cómo la hago siempre en casa, que no tiene ningún misterio y queda espectacular.
Yo soy muy fan del chocolate negro, así que suelo usar uno con un 70% de cacao. Me gusta ese punto amargo que contrasta con lo cremoso de la mousse. Pero si prefieres algo más suave, puedes usar un chocolate con menos cacao, sin problema.
Lo bueno de hacerla tú es que puedes ajustar todo a tu gusto: más o menos dulce, con un toque de licor si te apetece, incluso con trocitos de algo crujiente por encima. Y además, es muy fácil de preparar, de verdad. Solo necesitas un poco de paciencia para montar bien las claras y luego dejar que repose en la nevera.
Si te animas, aquí va mi receta de mousse de chocolate de confianza. Ya verás: cuando la pruebas hecha en casa, no hay vuelta atrás.
ÍNDICE DE CONTENIDOS
Receta de mousse de chocolate casera
Ingredientes
- 200 g de chocolate fondant
- 4 huevos
- 70 g de azúcar
- 50 g de mantequilla sin sal
- Una pizca de sal
- Nata montada para servir
Cómo hacer mousse fácil de chocolate
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Lo primero es fundir el chocolate. Puedes hacerlo de dos maneras:
- Al baño María: Pon una olla con agua a calentar, sin que llegue a hervir. Coloca encima un bol resistente al calor (asegúrate de que la base del bol no toque el agua). Trocea el chocolate negro y la mantequilla y ponlos en el bol. Remueve suavemente con una espátula hasta que estén completamente fundidos y tengas una crema lisa y brillante.
- En el microondas: Si tienes prisa, puedes usar el microondas, pero con mucho cuidado para que no se te queme el chocolate. Pon el chocolate troceado y la mantequilla en un recipiente apto para microondas. Calienta en intervalos cortos de 30 segundos, removiendo bien entre cada intervalo, hasta que esté fundido y suave.
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Añade el azúcar al chocolate y remueve bien.
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Coge los huevos y separa con cuidado las yemas de las claras en dos recipientes diferentes. Asegúrate de que no caiga nada de yema en las claras, porque eso dificultaría que monten bien.
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Añade las yemas una a una al chocolate y mezcla bien con unas varillas. Vuelve a poner al baño maría y deja un par de minutos más removiendo con unas varillas todo el rato. Quita del fuego y reserva.
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En el otro bol donde tienes las claras, añade la pizca de sal. Con las varillas limpias (¡importantísimo!), empieza a batir las claras a velocidad media-alta hasta que monten a nieve, es decir hasta que estén blancas y firmes.
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Coge una parte de las claras montadas y añádela a la crema de chocolate. Mezcla enérgicamente con la espátula para aligerar la mezcla. Luego, añade el resto de las claras montadas y mezcla con movimientos suaves y envolventes de abajo hacia arriba, con mucho cuidado de no bajar el volumen de las claras. ¡Queremos que la mousse quede aireada!
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Reparte la mousse de chocolate en vasitos individuales. Cúbrelos con film transparente (pon el film en contacto con la superficie de la mousse para que no se forme costra) y llévalos a la nevera durante al menos 2-3 horas. Lo ideal es dejarlos enfriar durante toda la noche para que la textura sea perfecta.
Al momento de servir, decora los vasitos con nata montada.

Consejos para una mousse de chocolate perfecta
- La calidad del chocolate marca la diferencia: Ya te lo he dicho antes, pero insisto. Utiliza un buen chocolate negro, con un porcentaje de cacao que te guste. Cuanto mejor sea el chocolate, más intenso y delicioso será el sabor de tu mousse.
- Controla la temperatura de los ingredientes: Es importante que el chocolate fundido no esté demasiado caliente cuando lo incorpores a las yemas, para evitar que se cuajen. Déjalo templar un poquito. Por otro lado, las claras montan mejor si están a temperatura ambiente. Si las tienes en la nevera, sácalas un rato antes de empezar.
- Monta bien las claras: Montar las claras a punto de nieve es fundamental para que la mousse quede aireada y esponjosa. Asegúrate de que el bol y las varillas estén limpios y secos. Bate hasta que las claras formen picos firmes pero no estén secas. Si te pasas, se pueden cortar y luego es más difícil integrarlas.
- Incorpora las claras con suavidad: Ya te lo he comentado en el paso a paso, pero es tan importante que lo repito. La clave para una mousse aireada es mezclar las claras montadas con la crema de chocolate de forma envolvente y delicada. No uses movimientos bruscos, ¡queremos mantener todo el aire dentro!
- Algunas variaciones: ¿Te atreves a experimentar? Puedes añadirle un poco de nata montada a la mezcla para una textura aún más suave y rica. Si prefieres una versión sin huevo, hay recetas que utilizan aguacate o tofu sedoso. Y para los veganos, también existen opciones deliciosas con chocolate y leche vegetal.
Cómo acompañar la mousse de chocolate
Para disfrutar aún más de tu mousse de chocolate, puedes combinarla con algunos elementos que realcen su sabor y textura. Por ejemplo, unos frutos rojos frescos como frambuesas, fresas o arándanos le aportarán un toque ácido y refrescante que contrasta de maravilla con la dulzura del chocolate. También puedes preparar una sencilla salsa con estos frutos para bañar la mousse.
Si eres un fanático del chocolate, unas virutas de chocolate por encima intensificarán el sabor y añadirán un toque crujiente. Para algo un poco más elaborado, una salsa de frutos rojos casera o una salsa de caramelo salado pueden darle un toque gourmet y sorprender a tus invitados. Y si te apetece mojar, unas galletas tipo lenguas de gato o unos trozos de bizcocho son ideales.
Bueno, espero que esta receta te haya animado a preparar tu propia mousse de chocolate casera. Ya ves que no tiene mucho misterio y el resultado es espectacular. Es uno de esos postres que siempre triunfan, tanto en una cena informal como en una ocasión especial. La textura suave y ese sabor intenso a chocolate… ¡es irresistible!
Si te encantan los postres con chocolate en todas sus formas, no puedes perderte el coulant de chocolate, ese bizcochito con un corazón líquido y caliente que te sorprenderá en cada cucharada. Si prefieres las tartas, la tarta de chocolate es un bizcocho jugoso que se rellena y se cubre con una deliciosa ganache de chocolate. Y si te gusta la variedad, la tarta tres chocolates te encantará con sus suaves capas de chocolate negro, con leche y blanco, ¡una combinación irresistible!