El tzatziki es de esas cosas que pruebas una vez y ya no quieres que falten nunca más en tus picoteos. Es una salsa griega con base de yogur y pepino que tiene ese punto refrescante que, no sé tú, pero a mí me engancha cosa mala. Lo típico: lo ves en una cena con amigos, lo pruebas “por no hacerle el feo”… y al rato ya estás preguntando cómo se hace. Pues sí, es así de adictivo.
Además, lo bueno que tiene el tzatziki es que es muy fácil de preparar, no necesitas ingredientes raros ni utensilios extraños. Con un rallador, un cuenco y un poco de paciencia ya lo tienes. Y ojo, porque aunque la receta tradicional lleva unos ingredientes básicos, luego cada uno en su casa le mete algún toque personal. Que si un poco más de ajo, que si un chorrito de limón, o incluso menta fresca… Vamos, que admite variaciones y sigue estando buenísimo.
Yo lo descubrí en una cena informal, con pan de pita recién calentito y unas brochetas de pollo especiado. Desde entonces lo preparo un montón, sobre todo en verano, porque fresquito y casero, no tiene nada que ver con el de bote. Y si nunca lo has hecho, ya verás que no tiene ningún misterio. Venga, vamos al lío que te cuento cómo hacerlo en un momento.
ÍNDICE DE CONTENIDOS
Receta de tzatziki griego tradicional
Ingredientes
- 1 pepino mediano
- 2 yogures griegos naturales sin azúcar (unos 300 g)
- 1 diente de ajo
- 1 cucharada de aceite de oliva virgen extra
- 1 cucharada de zumo de limón
- 1 cucharada de eneldo fresco picado (o menta)
- Sal al gusto
Cómo hacer salsa tzatziki de yogur y pepino
-
Lo primero es preparar el pepino. Lávalo bien, pélalo y rállalo con un rallador grueso. Una vez lo tengas rallado, hay que escurrirlo bien para que no suelte agua luego en la mezcla. Puedes ponerlo en un colador con un poco de sal y dejarlo reposar unos diez minutos. Luego solo tienes que presionarlo con una cuchara o con las manos para quitarle el exceso de líquido.
-
Mientras el pepino va soltando el agua, pela el diente de ajo y pícalo muy fino, o mejor aún, machácalo con un prensador si tienes. Si no te va mucho el ajo, puedes empezar con medio y luego ajustas, porque aquí el sabor se nota bastante y cada uno tiene su punto.
-
En un bol, echa los dos yogures griegos, el pepino bien escurrido, el ajo picado, el zumo de limón, el aceite de oliva y una pizca de sal. Mézclalo todo con una cuchara hasta que quede bien integrado. No hay que batirlo ni hacer nada raro, simplemente que todo se reparta bien.
-
Para terminar, añade el eneldo fresco (o menta, si prefieres ese toque más refrescante) y vuelve a mezclar. Prueba y ajusta de sal, o incluso de limón si te gusta un poco más ácido. Después, lo mejor es dejarlo reposar en la nevera al menos una hora antes de servir, así los sabores se asientan y queda más rico. Si puedes esperar, merece la pena.

Consejos para hacer un buen tzatziki
- Usa yogur griego auténtico, sin azúcar y con buena consistencia. Si está muy líquido, el resultado no quedará tan cremoso como debería.
- Escurre bien el pepino, no te saltes este paso. Si suelta agua después de mezclarlo con el yogur, el tzatziki se queda aguado y pierde gracia.
- No te pases con el ajo, de verdad. Un diente suele ser más que suficiente. Si no estás seguro, añade la mitad al principio y luego ajusta.
- El eneldo es lo más típico, pero si no encuentras o no te va mucho, la menta fresca le da un toque diferente y muy fresco. No pongas las dos a la vez, que se pelean.
- Zumo de limón o vinagre blanco, las dos opciones valen. El limón da un sabor más suave y el vinagre un punto más intenso. Va en gustos.
- Déjalo reposar en la nevera al menos una hora antes de servir. Este tipo de salsas ganan mucho cuando los sabores se asientan.
- Sírvelo frío, nada de a temperatura ambiente. Parte de su gracia es lo refrescante que resulta.
Cómo acompañar el tzatziki
Lo más típico, claro, es servir el tzatziki con pan de pita calentito, cortado en triángulos. Es la pareja de baile perfecta, y si tienes invitados o haces un picoteo, esto nunca falla. También va genial con crudités: zanahoria, apio, pepino, pimiento… Lo de mojar palitos de verduras en tzatziki parece una tontería, pero oye, funciona. Y es de las pocas veces que la gente come apio sin quejarse.
Ahora, si te va un poco más lo de experimentar, úsalo como salsa para carnes a la plancha o a la parrilla. Con pollo especiado queda espectacular. Incluso con unas brochetas de cordero, le da un punto fresco que equilibra el sabor fuerte. Vamos, que te soluciona medio menú sin complicarte.
Y luego están los usos que no todo el mundo prueba, pero que merecen la pena. Por ejemplo, como aliño para una ensalada griega: pepino, tomate, cebolla roja, aceitunas y un poco de feta. Le echas una cucharada de tzatziki y tienes una ensalada de verano de esas que te arreglan la comida en cinco minutos.
También puedes meterlo en wraps, bocatas o hamburguesas. Cambia la típica mayonesa por tzatziki y verás cómo gana en sabor. Además, es más ligero, así que si estás cuidándote, ni tan mal.
Bueno, pues ya está. Como ves, hacer tzatziki casero no tiene ningún misterio y lo puedes tunear un poco a tu gusto. Yo lo tengo siempre en la nevera cuando hace calor, y la verdad, te saca de más de un apuro. Pruébalo y ya me dirás si te enganchas tú también. ¡Nos leemos pronto!
Si te gustan las salsas caseras, no puedes dejar de probar la receta de salsa tártara, una mezcla cremosa con encurtidos que va genial con pescados o patatas; la mayonesa casera, que se hace en un minuto y no tiene comparación con la de bote; la salsa César, perfecta para ensaladas pero también buenísima como dip; y el chimichurri, una salsa argentina con ajo, perejil y vinagre que da vida a cualquier carne a la parrilla.