Decidir separarse o divorciarse es un proceso complicado. No solo se opta por seguir caminos separados, sino que además multitud de amistades y relaciones se ven envueltas en el caos de la separación. En ocasiones, en esas relaciones se encuentran los hijos, que pueden padecer las consecuencias y sentirse culpables ante una situación incomprensible a sus ojos.

Según la Asociación Española de Abogados de Familia (AEAFA), más del 95% de las parejas que se divorcian de manera conflictiva tienen hijos. Esta preocupante cifra cobra todavía más importancia si la comparamos con aquellas parejas que no tienen hijos, cuyo porcentaje de conflictividad ni siquiera alcanza el 20 % (16%).

Comenzar un divorcio o separación con hijos es un proceso que debe medirse y calcularse para evitar que los menores sufran el impacto. Por esta razón, los progenitores deben tener en cuenta sus consecuencias.

¿Por qué proteger a los menores ante una separación?

Aunque todavía existan adultos que no lo comprendan, los divorcios y separaciones suponen verdaderos traumas para los menores. Por un lado, su núcleo familiar se disuelve y no acaban de entender la razón por la que ha sucedido. Este cambio tan repentino provoca que la seguridad en la que vivían se desmorone, lo que da lugar a situaciones de miedo e inseguridad. Además, en muchas ocasiones los niños con padres divorciados se comparan con amigos y conocidos cuyo núcleo familiar permanece unido. Ello provoca que, en la búsqueda de una explicación que justifique el divorcio de sus padres, tiendan a la culpa.

A estas emociones negativas que experimenta el niño puede unirse el conflicto de los padres. Los divorcios que dan lugar a altercados acaban envolviendo a los menores, que visualizan cómo sus progenitores se enfrentan y desacreditan mutuamente. En este sentido, es fundamental que el conflicto entre adultos no salpique a los menores, ya que, aunque no lo creamos, los niños observan y absorben todo lo que ocurre a su alrededor.

Divorcio Con Hijos

Consejos para divorcios con hijos

Pese a que cada divorcio es un mundo, y factores como la edad de los menores intervienen directamente en el modo de atajar el problema, es fundamental que los padres comprendan la necesidad de comunicar la separación a los hijos y mantengan en todo momento una actitud madura.

Divorcio sin altercados

Divorciarse es complicado y en ocasiones no siempre responde a la voluntad de los implicados. Incluso en los casos más conflictivos, es imprescindible entender que el divorcio es en ocasiones la solución más benévola para ambas partes. Ciertos núcleos familiares postergan o aplazan esta decisión con el fin de evitar daño a los hijos, pero ¿no es peor que vivan en un núcleo infeliz?

Por esta razón, los especialistas recomiendan iniciar un proceso de divorcio exprés o rápido en el que las cuestiones complejas se solucionen lo antes posible. Algunos bufetes, como Digilex, están especializados en este tipo de separaciones rápidas, de mutuo acuerdo y económicas.

Divorcio O Separación Padres Con Niños

Comunicación

Aunque la comunicación entre los adultos es fundamental, en este caso nos estamos refiriendo a iniciar un intercambio de información con los menores implicados. El menor o los menores deben comprender que el divorcio no implica la pérdida de uno de los padres. Además, los psicólogos recomiendan comunicar la decisión del divorcio de manera conjunta, es decir, con ambos progenitores presentes. El modo de comunicar también importa, pues la información debe adaptarse a la edad del niño pero, al mismo tiempo, evitar malentendidos.

El niño o la niña debe comprender que el proceso iniciado por sus padres no está relacionado con su presencia. Debemos intentar desechar la culpabilidad desde el primer momento y, en caso de no conseguirlo, acudir a un especialista.

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Rutina

Dado que los menores deben estar protegidos en todo momento, lo mejor es intentar que la rutina de estos permanezca inalterable. Esto significa que, siempre que sea posible, debemos intentar no cambiar sus hábitos. El colegio, el grupo de amigos y, en general, su rutina debe ser la misma. Debemos pensar que el menor ha experimentado un cambio importante en su vida, por lo que todos los demás elementos deben conservarse durante un tiempo.

En el caso de la custodia compartida o de recoger a los menores en el centro, los padres son los encargados de comunicarse y llegar a un acuerdo. Recordemos que la decisión debe afectar al niño lo menos posible.

No utilizar al menor

Por último, es fundamental que los padres no utilicen a los menores como arma arrojadiza contra sus exparejas. Una vez iniciado el proceso de divorcio, algunos padres o madres pueden hacer algún comentario o utilizar a sus hijos como arma para obtener información sobre su exmarido o exmujer.

Un divorcio es un proceso de separación en el que dos adultos deciden poner fin a una relación. Por lo tanto, los afectados deben comportarse como tal y gestionar sus emociones de manera que no salpiquen o afecten a los niños.

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