¿Sabes qué es la intolerancia a la lactosa? La realidad es que muchos papis desconocemos la existencia de esta afección hasta que ¡nos toca en carne propia! Lo sé por experiencia: descubrí esta enfermedad cuando mi ahijado empezó con problemas estomacales…
En la actualidad, se estima que alrededor de un 34% de la población española es intolerante a la lactosa pero de ellos ¡tan sólo el 10% está diagnosticado! Por eso, en Pequeocio, nos parece importante contarte un poco sobre esta enfermedad que puede pasar desapercibida y aún así generar ciertas molestias en quienes la padecen.
¿Quieres descubrir cómo afecta la intolerancia a la lactosa a los niños?
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¿Qué es la intolerancia a la lactosa?
Como te decía, la intolerancia a la lactosa es una enfermedad como la celiaquía, de hecho se diagnostica aún más que la intolerancia al gluten en nuestro país. Pero… ¿a qué se debe? Sencillamente, quienes padecen intolerancia a la lactosa tienen una incapacidad para digerir la lactosa, es decir los azúcares de la leche y sus derivados. Esta incapacidad suele adquirirse con el correr de los años y es bastante inusual que alguien nazca con esta predisposición.
Vale la pena aclarar que la intolerancia a la lactosa no es lo mismo que la alergia a la proteína de leche de vaca. Mientras que quienes padecen esta segunda enfermedad deben eliminar los lácteos de su dieta, quienes tienen intolerancia a la lactosa pueden consumir lácteos pero sin lactosa…
Ahora bien, ¿cómo podemos saber si nuestros hijos padecen intolerancia a la lactosa?
Síntomas de la intolerancia a la lactosa
Los principales síntomas que pueden alertar sobre la intolerancia a la lactosa en nuestros peques son:
- problemas digestivos, como diarreas, náuseas o vómitos
- malestar general
- pesadez o dolor estomacal
- cansancio y fatiga
- gases y flatulencias
- heces pastosas o defecación explosiva
- hinchazón abdominal
Si notas uno o más de estos síntomas de manera habitual en tu hijo, no dudes en consultar al pediatra. En el caso de mi ahijado, la mamá notó que comenzaba a tener diarreas seguidas, con pequeños puntitos de sangre en las heces, y que tras comer, el peque estaba cansado, molesto e irritable. Tras muchos estudios, los médicos le diagnosticaron intolerancia a la lactosa.
La dieta de un niño con intolerancia a la lactosa
Como te decía antes: ser intolerante a la lactosa no significa que haya que erradicar la leche de la dieta infantil. La leche es un alimento básico y súper nutritivo, lo único que debes hacer como padre es ¡cambiar los hábitos de compra! Como lees: lo que debes hacer es acostumbrarte a comprar leche sin lactosa, una leche que es muy sana y liviana. ¡Una leche sin lo malo de la leche!
Si tu hijo es diagnosticado con intolerancia a la lactosa, el pediatra te dará información sobre la dieta de tu peque y seguramente te recomendará una leche sin lactosa. Mi ahijado, por ejemplo, toma leche Pascual sin lactosa porque es la única leche sin lactosa enriquecida con vitamina B6, una vitamina fundamental para tener energía durante todo el día. Al poco de tiempo de probarla mi amiga notó la diferencia ¡y mi ahijado también!: la leche Pascual sin lactosa es más digestiva al incluir lactasa, una enzima que divide la lactosa y la transforma en azúcares más simples, ¡pero igual de rica que la leche de toda la vida!
Así que ya sabes: la intolerancia a la lactosa es una enfermedad más común de lo que todos pensamos. Estáte atento a los posibles síntomas y si tu hijo padece esta afección, ¡no desesperes! Una leve modificación de su dieta será suficiente para que tu peque se sienta ¡como nuevo!
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