Cada vez más son las madres que se deciden por un parto respetado, en el que se tomen en cuenta sus necesidades y deseos. Probablemente el parto sea uno de los momentos más importantes de la vida de la madre y del bebé. Suele ser una experiencia muy intensa en la vida de una mujer. La psicóloga argentina Laura Gutman en su libro La maternidad y el encuentro con la propia sombra lo describe con toda claridad:

“Hay un algo que se quiebra que se desestructura, para pasar de ser uno a ser dos…Hoy en día los partos inducidos, las anestesias y la prisa de todo el sistema por terminar rápido el trámite no invitan a aprovechar este momento fundamental en la vida sexual de las mujeres….Atravesar un parto es prepararse para la erupción del volcán interno y esa experiencia es tan avasalladora que requiere mucha preparación emocional, apoyo, compañía, amor, comprensión y valor por parte de la mujer y de quienes pretenden asistirla”.

En Crecer Sano y Feliz consideramos como ella que lamentablemente hoy en día todavía, en la mayoría de los casos, el parto es visto como algo puramente médico, muchas veces programado, en que las mujeres en lugar de ser las protagonistas principales, son meramente espectadoras y atraviesan esa experiencia tan importante en sus vidas, muchas veces asustadas, infantilizadas, anestesiadas y dormidas.

Esto dificulta el desarrollo del parto mismo, el trabajo emocional posterior de adaptación a la nueva situación de mamá y bebé ya separados y también afecta el desarrollo del vínculo con el bebé recién nacido.

Creo que es importante que las mujeres retomemos el control de esta experiencia y podamos elegir cómo queremos que sea nuestro parto.

Afortunadamente las cosas están cambiando. Atrás han quedado los tiempos del “parto a la reina”, método utilizado en el parto de la reina Victoria de Inglaterra en que la parturienta era inducida al sueño utilizando cloroformo y que fue usado hasta los años 70 aunque cambiando el cloroformo por gases anestésicos menos nocivos para la madre y el niño.

A partir del planteamiento revolucionario de «Nacimiento sin violencia» del obstetra francés Frederick Leboyer y continuado por el obstetra francés Michel Odent, se ha creado una corriente importante que aboga por facilitar que la transición del bebé desde la tripa de la madre al mundo externo, se efectúe de la forma menos traumática posible.

Actualmente en España las parejas pueden plantearse qué tipo de parto desean tener, si desean que el  niño nazca en casa o en un centro sanitario. En el segundo caso, además pueden elaborar un Plan de parto en que detallen sus preferencias y presentarlo en el hospital, maternidad o clínica con anterioridad a la fecha de parto (debe ser presentado en los departamentos necesarios para ser sellado y llevar estas copias selladas el día del parto). De esta manera mediante un procedimiento sencillo se garantiza el cumplimiento de los derechos naturales que tienen los padres y el niño.

En este sentido me parece muy importante la labor de asociaciones como El parto es nuestro en España, en su página web se puede encontrar información sumamente útil sobre este tema, direcciones de maternidades, ideas para elaborar planes de partos, información sobre los derechos de las madres y muchas cosas más.

Más información en Crecer Sano y Feliz.

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