Recuerdo que durante su etapa de infantil, una de las clases que tenía mi hijo y que más le gustaba era la de psicomotricidad. Cuando le preguntaba qué hacían en ella, su respuesta venía a decirme que realizaban una serie de ejercicios en forma de juegos, dirigidos por la profesora y que yo pensaba iban orientados a desarrollar sus habilidades físicas. Más tarde aprendí que la psicomotricidad es una disciplina que va más allá, y que debemos tener en consideración…

¿Qué es la psicomotricidad?

Nuestro cuerpo está conectado con nuestra mente y con nuestras emociones, por lo que la psicomotricidad podría considerarse como la Psicología del Movimiento. Cada vez que realizamos una acción, nuestra mente la acompaña de un pensamiento y de una emoción.

Es durante los primeros 6 años de vida cuando existe mayor plasticidad del cerebro y cuando se realizan las conexiones neuronales, por ello es muy importante que durante esta etapa los niños se muevan lo más posible. La psicomotricidad favorece el desarrollo integral, ayudando a expresar las emociones a través del cuerpo y considerando en el niño su aspecto afectivo, social, intelectual y motriz.

Los niños, en los ejercicios de psicomotricidad que desarrollan a través de juegos como saltar, correr o jugar con la pelota, manipular objetos, etc. adquieren conciencia de su cuerpo y de una forma intuitiva y casi sin darse cuenta adquieren conocimientos y conceptos de espacio y tiempo (arriba y abajo, delante y detrás, derecha e izquierda, rapidez, ritmo, etc), así como otro tipo de habilidades como el equilibrio, la vista o la relación con otros niños

Todas estas habilidades les permitirán aplicar esos conceptos que han aprendido de forma intuitiva a futuras materias y asignaturas como las matemáticas, la lectura y la escritura, por ejemplo. De ahí la importancia de esta disciplina que va más allá de la mera ejercitación de las habilidades físicas de los peques, ya que la misma también influye positivamente en el desarrollo intelectual, afectivo y social del niño favoreciendo la relación con su entorno.

¿Para qué sirve la psicomotricidad?

  1. La psicomotricidad educativa es con la que habitualmente tenemos un contacto más común, que va dirigida a niños de 1 a 6 años. En este área se actúa en tres frentes diferentes:
    • A nivel motor, le permitirá al niño mejorar y dominar su movimiento corporal.
    • A nivel cognitivo, ayudará a la memoria, concentración y creatividad del niño.
    • A nivel social y afectivo, les ayudará a relacionarse de forma positiva con los demás, favoreciendo su socialización.
  2. La psicomotricidad reeducativa está indicada para aquellos niños mayores de 3 años con dificultades en el movimiento, tanto de motricidad gruesa (coordinación de movimientos amplios, como: rodar, saltar, caminar, correr, bailar, etc.) o motricidad fina (movimientos de mayor precisión, como rasgar, cortar, pintar, colorear, enhebrar, escribir, etc), o igualmente con dificultades emocinales o sociales (hiperactividad, trastornos del sueño, problemas de integración y aprendizaje escolar, trastornos de conducta, de atención, etc).
  3. La psicomotricidad terapéutica va dirigida a niños y adultos que necesitan una atención especial e individualizada (parálisis cerebral, Autismo, Síndrome Down, distrofia muscular, etc).

En conclusión, dejad que los niños corran, se muevan y se expresen ya que a través de esta expresión aprenden a desarrollarse y a comunicarse.

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