La crema de puerros es un auténtico salvavidas en mi cocina. La verdad es que es una maravilla ver cómo unas pocas verduras tan sencillas, como son los puerros y las patatas, se convierten en un plato tan delicioso. Con esta receta, que además es tan fácil que se hace casi sola, aciertas seguro. Y oye, no sé si te ha pasado, pero a mis hijos, que a veces les cuesta comer verdura, esta crema les encanta. Es ideal para conseguir que coman bien y que disfruten de algo sano.
Una de las preguntas más típicas es si la crema de puerros es lo mismo que la vichyssoise. Pues a ver, la respuesta es que no, no son lo mismo. La vichyssoise es, de hecho, una crema de puerros que se sirve fría y que tradicionalmente lleva nata. La receta que te voy a contar es más casera, sin nata, y que se puede tomar tanto calentita como templada, oye, para lo que te pida el cuerpo. Para mí, la crema de puerros es la base, y la vichyssoise su prima más elegante, ¿sabes?
La verdad es que la receta que te voy a contar es la que me enseñó mi madre. La he ido perfeccionando con el tiempo y mis pequeños trucos, mis manías, para que quede perfecta. Con esta receta he alimentado a mi familia durante años y oye, nunca se cansan. Además, lo mejor de la crema de puerros es que la base es tan buena que puedes modificarla un montón.
ÍNDICE DE CONTENIDOS
Receta de crema de puerros
Ingredientes
- 2 o 3 puerros grandes
- 2 patatas medianas
- 1 cebolla mediana
- 1,5 litros de caldo de verduras o agua
- Un chorrito de aceite de oliva virgen extra
- Sal al gusto
- Pimienta negra recién molida
Cómo hacer crema de puerros y patata
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Lo primero, claro, es preparar las verduras. Lava bien los puerros y córtalos en rodajas, usando solo la parte blanca y un poquito de la verde, que es la que da más sabor. La cebolla la cortas en trozos, y las patatas las pelas y las troceas también.
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Luego, en una olla grande, pones un buen chorro de aceite de oliva y, a fuego medio, añades la cebolla y los puerros. Los vas a dejar que se pochen bien, sin prisa, hasta que estén blanditos, pero con mucho cuidado de que no se quemen. Este paso es importante, la verdad, porque es lo que le va a dar todo el sabor a la crema.
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Cuando veas que la verdura está tierna y transparente, es el momento de añadir las patatas y darles un par de vueltas. Después, lo cubres todo con el caldo de verduras. Si no tienes caldo, no pasa nada, con agua también sale riquísima, te lo aseguro. Subes un poquito el fuego hasta que empiece a hervir, y en cuanto hierva, lo bajas para que se cocine a fuego lento. Lo dejas así unos 20 minutos, o hasta que veas que las patatas se deshacen casi solas. Si puedes pincharlas con un tenedor y entran sin esfuerzo, ya está.
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Y ahora viene el final, que es muy fácil. Simplemente tienes que triturar todo. Puedes usar una batidora de brazo o un robot de cocina, lo que tengas a mano. A mí me gusta que la crema de puerros quede muy fina, sin grumos, así que la bato un buen rato. Cuando ya tiene la textura que buscas, la devuelves al fuego un minuto para que coja temperatura y la pruebas para rectificar de sal y pimienta.
Consejos para hacer una crema de puerros perfecta
- Elige bien los puerros. La verdad es que la parte que más sabor tiene es la blanca, y es la que más me gusta a mí para la base. No tires la parte verde, la puedes usar para caldos o para dar un toque de color, pero para la crema en sí, la parte blanca es la que da esa suavidad y sabor que buscamos. Lava muy bien los puerros, porque a veces la tierra se esconde entre las hojas.
- El sofrito es clave. No tengas prisa a la hora de pochar la verdura. A mí me gusta hacerlo a fuego lento, con paciencia, hasta que la cebolla y los puerros se vuelven transparentes. Este paso es fundamental, porque si los sofríes bien, la crema ganará muchísimo en sabor. Es mejor tardar unos minutos más en este paso que tener una crema con sabor a puerro crudo.
- Enriquece la crema con otras cosas. Si te apetece darle un toque más cremoso o con un sabor distinto, hay algunas cosas que puedes añadir. A mí a veces me gusta ponerle un par de quesitos mientras la estoy triturando, que le dan una suavidad increíble. También puedes añadir un chorrito de nata, pero solo si no te importa que sea menos ligera. Y la verdad, a veces, un buen puñado de queso parmesano rallado justo al servirla le da un saborazo espectacular.
- Cómo guardarla y conservarla. Esto es lo que más me preguntan siempre. La crema de puerros se conserva de maravilla en la nevera, en un recipiente hermético, durante tres o cuatro días.
Cómo acompañar la crema de puerros y patata
Una de las cosas que más me gustan de esta crema de puerros es que la puedes dejar lista y, justo antes de servir, le pones por encima lo que te apetezca. Y oye, es que un par de cositas le cambian la cara por completo. Un plato tan sencillo puede convertirse en algo mucho más, solo con un poquito de imaginación y lo que tengas por la nevera.
El clásico por excelencia, el de toda la vida, son los picatostes o, como los llamamos en mi casa, los tropezones de pan. Puedes comprarlos, claro, pero te digo un secreto: están mil veces más ricos si los haces tú. Solo tienes que cortar unas rebanadas de pan duro en cuadraditos, las fríes en una sartén con un chorrito de aceite de oliva y un diente de ajo, y listo. El crujiente que le dan a la crema, que es tan suave, es una maravilla.
Pero mira, hay más ideas. A mí me encanta ponerle unas lascas de jamón serrano, o si no tengo, un poco de bacon crujiente que he pasado por la sartén, la verdad es que le da un saborazo. Si te gustan los quesos, unos daditos de queso de cabra o incluso de queso azul para los más atrevidos, también quedan de lujo.
La verdad es que es una sopa que sirve de primer plato sin problema. A mí me gusta ponerla antes de un segundo sencillo, como un filete de merluza a la plancha o un pechuga de pollo a la parrilla, así no nos pasamos y la comida es ligera y completa.
Bueno, y hasta aquí mi receta de crema de puerros. Como ves, es una de esas comidas que, de verdad, son un fondo de armario en la cocina. Sencilla, económica, nutritiva y, lo más importante, riquísima.
Espero que te animes a prepararla en casa y que te salga de lujo. Ya me contarás si la pruebas con algún topping de los que te he sugerido o si le das tu propio toque personal. La cocina es eso, al final, experimentar y disfrutar. ¡Nos leemos pronto!
Si buscas otras cremas y sopas para variar el menú de casa, no puedes dejar de probar la crema de champiñones, que con su sabor a bosque es una delicia cremosa y muy fácil de hacer; la crema de zanahoria, un clásico dulce y colorido que les encanta a los peques; la crema de calabaza, ideal para el otoño y perfecta para esos días fríos; la sopa de cebolla, un plato contundente y lleno de sabor, perfecto para entonar el cuerpo; y la crema de calabacín, que es súper ligera y refrescante, ideal para cualquier época del año.