Si te pasa como a mí, que en verano comerías solo ensaladas pero te cansas de hacer siempre lo mismo, la ensalada de canónigos puede ser tu mejor aliada. Mira, yo la descubrí casi de casualidad. Estaba harta de la típica lechuga iceberg —que sinceramente, no sabe a nada— y un día vi una bolsita de canónigos en el súper y dije: “Venga, a probar”. Y oye, ¡menudo acierto!
Los canónigos tienen ese puntito tierno, un pelín dulce, y además combinan con un montón de cosas. Es como tener una base suave pero con carácter, no sé si me explico. Y además, en cinco minutos tienes un plato montado, sin complicaciones y que encima queda bonito (sí, eso también importa, ¿no?).
Así que si eres de los que están todo el día buscando ideas nuevas, fáciles y sanas, estas 6 recetas te van a venir de perlas. Algunas llevan fruta, otras pescado, otras pollo… vamos, para todos los gustos. Ya verás cómo con estas combinaciones tu relación con la ensalada de canónigos va a cambiar. Porque sí, se puede comer verde sin aburrirse ni un poquito.
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Ensalada de canónigos con pollo y aguacate
Mira, esta ensalada es de las que preparo cuando tengo cero ganas de complicarme, pero quiero comer algo sano y que me llene un poco. La combinación de canónigos con aguacate es un acierto total: suave, cremosa y fresquita. Y si le metes unos tomatitos y un poquito de pollo a la plancha, ya tienes un plato de diez.
Ingredientes:
Canónigos; aguacate maduro; tomates cherry; pechuga de pollo a la plancha; cebolla morada; zumo de limón; aceite de oliva virgen extra; sal; semillas de sésamo.
Preparación:
Lo primero, corta la pechuga de pollo en tiras y hazla a la plancha con un poco de sal. Mientras tanto, lava bien los canónigos y los tomates cherry, que luego los partes por la mitad. Pela el aguacate y córtalo en cubos, échale un chorrito de limón para que no se oxide (esto es clave, que si no se pone feísimo en nada). Mezcla todo en un bol: los canónigos, el pollo ya hecho, el aguacate, los tomatitos y un poco de cebolla morada en tiras finas. Aliña con aceite de oliva, sal al gusto y remata con unas semillitas de sésamo por encima. Y ya está, más fácil imposible.
Ensalada de canónigos y melocotón
Esta ensalada tiene ese punto dulce que a veces apetece un montón, sobre todo en días calurosos. El melocotón jugoso con los canónigos frescos hace una pareja inesperada pero buenísima. Es de esas combinaciones que sorprenden y se te quedan en la cabeza para repetirla.
Ingredientes:
Canónigos; melocotón maduro (mejor si está en su punto, bien jugoso); cebolleta o cebolla dulce; aceite de oliva virgen extra; vinagre suave (puede ser de manzana o balsámico blanco); sal.
Preparación:
Pela el melocotón y córtalo en dados medianos. Si está muy maduro, hazlo con cuidado para que no se deshaga. Lava los canónigos y sécalos bien (esto es importante para que el aliño se reparta bien). Pica finita la cebolleta o cebolla dulce. Junta todo en un bol grande: primero los canónigos, luego el melocotón y la cebolla por encima. Prepara un aliño sencillo con aceite de oliva, vinagre suave y un poquito de sal. Mézclalo justo antes de servir para que los canónigos no se reblandezcan. ¡Y listo! Fresquita, ligera y con ese toque dulce que cambia el rollo de cualquier comida.
Ensalada de canónigos y salmón
El salmón (mejor si es ahumado) le da ese sabor intenso a cualquier ensalada, y en este caso contrasta súper bien con la suavidad de los canónigos y el resto de ingredientes. Esta ensalada de canónigos con salmón la hago mucho como entrante cuando tengo invitados en casa.
Ingredientes:
Canónigos; salmón ahumado (en lonchas o en tiras); tomate cherry; cebolla morada; aguacate (opcional); aceite de oliva virgen extra; zumo de limón o lima; pimienta negra recién molida.
Preparación:
Lava y seca bien los canónigos. Corta el salmón en tiras o trozos del tamaño de un bocado. Parte los tomates cherry a la mitad, corta la cebolla morada en rodajas muy finas y, si usas aguacate, hazlo en láminas o cubos. En una ensaladera, mezcla todos los ingredientes con cuidado. Aliña con un chorrito de aceite de oliva virgen extra, un poco de zumo de limón (o lima si quieres algo más cítrico) y un toque de pimienta negra. No hace falta sal, el salmón ya aporta ese punto.
Ensalada de canónigos con aguacate y pipas
Una de esas ensaladas que preparo cuando quiero algo saludable y sin complicaciones. Los canónigos hacen de base suave, el aguacate aporta cremosidad, y las pipas le dan ese toque crujiente que lo cambia todo. Esta ensalada de canónigos y aguacate es fácil, rápida y con ingredientes que suelo tener siempre en casa.
Ingredientes:
canónigos; aguacate maduro pero firme, cortado en gajos finos; tomates cherry cortados a la mitad; pipas de girasol o de calabaza; aceite de oliva virgen extra; vinagre balsámico o zumo de limón; Sal al gusto
Preparación:
Empieza lavando y secando bien los canónigos. Colócalos como base en un bol o plato grande. Añade el aguacate cortado en gajos y los tomates cherry. Espolvorea por encima las pipas, que puedes tostar ligeramente si quieres un extra de sabor.
En un vasito, mezcla el aceite con el vinagre balsámico (o el zumo de limón) y una pizca de sal. Aliña justo antes de servir para que los canónigos se mantengan frescos.
Ensalada de canónigos con langostinos
Una de esas combinaciones que sorprenden por lo bien que funcionan, prueba esta ensalada de canónigos y rúcula con langostinos y después me cuentas. Los langostinos le dan un toque sofisticado, pero lo cierto es que esta ensalada se prepara en pocos minutos. Ideal para una comida ligera pero especial, sobre todo en los días de calor.
Ingredientes:
Canónigos; rúcula; langostinos cocidos; aguacate maduro; tomates cherry; cebolla morada; semillas de sésamo; aceite de oliva virgen extra; zumo de limón o vinagre suave; sal.
Preparación:
Coloca los canónigos y la rúcula como base en un plato amplio. Añade los langostinos cocidos (puedes cortarlos por la mitad si son grandes), el aguacate en gajos, los tomates cherry partidos y la cebolla morada en tiras muy finas.
Espolvorea con semillas de sésamo y aliña justo antes de servir con aceite de oliva, un poco de zumo de limón o vinagre suave y sal al gusto.
Ensalada de canónigos con huevo
Esta ensalada es un básico en casa. Cuando no sé qué hacer y tengo huevos en la nevera, tiro de esto. Es nutritiva, fácil de montar y admite mil variaciones según lo que tengas a mano. El huevo le da ese toque saciante que hace que no te quedes con hambre.
Ingredientes:
Canónigos; huevos cocidos; tomate (puede ser en rodajas o cherry); maíz dulce; aceite de oliva virgen extra; vinagre (de vino o manzana); sal; pimienta; salsa de yogur (opcional)
Preparación:
Cuece los huevos (unos 10 minutos desde que el agua empieza a hervir), déjalos enfriar y pélalos. Lava bien los canónigos y colócalos como base. Añade el tomate en rodajas o en mitades y el maíz. Corta los huevos cocidos en cuartos y colócalos por encima.
Aliña con un buen chorro de aceite de oliva, un poco de vinagre y sal y pimienta al gusto. Si te gusta el toque de salsa de yogur, también le queda bien.
Bueno, pues ahí tienes unas cuantas ideas con ensalada de canónigos para que no te aburras siempre con lo mismo. Ya ves que combinan con un montón de cosas: dulce, salado, proteínas, frutos secos… lo que tengas por casa, prácticamente. Yo las suelo preparar mucho entre semana, porque son rápidas y te apañan una comida o cena sin complicarte.
Si tienes aguacate, huevo, algo de pescado o fruta… ya puedes montar algo rico en cinco minutos. Lo importante es jugar con las texturas, que haya algo cremoso, algo crujiente y un aliño que lo una todo sin pasarse.
¿Tú cómo las sueles preparar? Si tienes alguna combinación que te guste mucho, ¡cuéntamela! Me encanta descubrir mezclas nuevas.
Si te gustan las ensaladas frescas y ligeras para el verano, no puedes dejar de probar la ensalada de judías verdes, que combina la textura crujiente de las judías con ingredientes frescos y un aliño suave para refrescar tus comidas; la ensalada de espinacas, ideal para quienes buscan un toque verde y nutritivo con un contraste delicado entre hojas tiernas y toppings como frutos secos o queso; la clásica ensalada Waldorf, que mezcla manzana, apio y nueces en una combinación dulce y crujiente perfecta para los días calurosos; y las ensaladas de alubias blancas, que aportan una proteína vegetal suave y cremosa, ideal para quienes quieren algo saciante pero fresco.
