La carne mechada es una de esas recetas que saben a domingo, a barra de bar y a fiambrera bien apañada para llevar al trabajo. La típica que alguien menciona y ya estás pensando en mojar pan. En Andalucía la llaman “carne mechá” y no falta en celebraciones, reuniones familiares o incluso como tapa en muchos bares.
Se prepara con un buen cabecero de lomo de cerdo, que se cocina lentamente en una olla con su vino blanco, su laurel, ajo, cebolla y alguna que otra especia. Vamos, lo básico. Nada de inventos raros ni florituras. Luego se deja enfriar bien, se corta en rodajas finas y, oye, eso con un poco de sal por encima y un chorreón de aceite de oliva… puro disfrute.
Lo bueno es que es una receta que cunde, que se puede comer sola o acompañada, y que además aguanta varios días en la nevera sin problema. Si nunca la has hecho en casa, ya va tocando. Vamos a ver la receta de carne mechada paso a paso.
ÍNDICE DE CONTENIDOS
Receta de carne mechada al estilo andaluz
Ingredientes
- 1,2 kg de cabecero lomo de cerdo (bridado o metido en una malla)
- 1 cebolla grande
- 4 dientes de ajo
- 2 hojas de laurel
- 4-5 granos de pimienta negra
- 1 cucharadita de orégano (opcional)
- 1 cucharada de manteca de cerdo
- aceite de oliva virgen extra
- 200 ml de vino blanco
- 300 ml de caldo de carne o agua (puede que necesites un poco más, según la olla)
- sal y pimienta
- aceite de oliva virgen extra
- zumo de limón
- sal y pimienta
Para servir
Cómo hacer carne mechada fácil
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Antes de empezar, unta bien el lomo de cerdo con una cucharada de manteca de cerdo. Si está un poco dura, la puedes calentar apenas unos segundos. Luego salpimienta la carne por todos lados.
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Calienta el aceite de oliva en una olla amplia (la misma donde la vas a cocinar) y dora la carne a fuego fuerte, por todos los lados, hasta que coja un color bonito. Esto ayuda a que luego no quede tan seca y además da sabor, así que no te saltes este paso.
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Cuando esté doradita, saca la carne y resérvala un momento.
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En esa misma olla, con el mismo aceite (y los jugos de la carne), añade la cebolla en juliana, los ajos enteros y pelados, las hojas de laurel y los granos de pimienta. Cocina todo unos 8-10 minutos a fuego medio-bajo, removiendo de vez en cuando, hasta que la cebolla esté blandita y con algo de color.
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Coloca de nuevo el lomo dentro de la olla, encima del sofrito. Echa el vino blanco y deja que evapore el alcohol durante un par de minutos a fuego fuerte (notarás que cambia el olor).
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Luego añade el caldo de carne. El líquido no tiene que cubrir la carne del todo, solo llegar como a la mitad o un poco más.
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Si usas olla normal: Tapa y deja cocinar a fuego medio-bajo durante una hora y media, dándole la vuelta al lomo cada 20-25 minutos para que se haga bien por todos lados. Si ves que se queda sin líquido, añade un poquito más de caldo o agua caliente.
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Si usas olla exprés: Cierra la olla y, cuando empiece a salir vapor, baja un poco el fuego. Cocina durante unos 35 minutos. Luego deja que la olla pierda la presión antes de abrirla.
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Cuando termine la cocción, saca la carne con cuidado y déjala enfriar completamente. Esto es importante: la carne mechada se corta cuando ya está fría, porque así se compacta y no se deshace. Lo ideal es dejarla en la nevera unas 10 horas o incluso de un día para otro, envuelta en papel film o dentro de un táper.
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Una vez fría, córtala en rodajas finas con cuchillo afilado o máquina de cortar fiambre si tienes.

Consejos para que te quede una carne mechada de escándalo
- La manteca de cerdo es ese toque que le da sabor de receta de abuela. Pero con una cucharada bien extendida tienes de sobra. Y el punto de sal es mejor quedarte un pelín corto que pasarte: luego, en frío, siempre puedes echar un poco más por encima.
- Tiempo de reposo: Mira, esto es clave: la carne mechá se come fría y bien asentada. Nada de cortarla en caliente porque se te va a desmoronar y va a soltar todos los jugos. Lo mejor es dejarla una noche en la nevera, bien tapada. Así se asienta, toma más sabor y la puedes cortar en rodajas perfectas.
- Cómo cortar la carne mechada: Cuando la carne esté fría, usa un cuchillo muy afilado o, si tienes, una cortafiambres. Haz las lonchas finas, pero sin que se rompan. Si está bien hecha, la textura será firme y jugosa, sin deshacerse.
- El caldito que queda en la olla después de hacer la carne es oro puro. Tiene todo el sabor del sofrito, las especias y la carne. Aquí van algunas ideas para aprovecharlo:
- Para guisos: Úsalo como base para un guiso de patatas, albóndigas o incluso un arroz caldoso. Le da un sabor brutal.
- Para arroz blanco: Echa un chorrito del caldo cuando estés terminando el arroz, le da un toque especial.
- Para hacer sopa: Cuélalo bien, añade un poco más de agua si quieres, un poco de sal, y échale unos fideos finos. Tienes una sopa casera en 10 minutos.
- Para empanadas o croquetas: Puedes reducirlo y usarlo como parte del relleno o para dar más sabor a una bechamel casera.
Cómo acompañar la carne mechada
Vale, ya tienes tu carne mechada lista, bien fría y cortadita en lonchas. ¿Y ahora qué? Pues aquí es donde puedes jugar un poco según lo que te apetezca. Lo más típico, y lo que nunca falla, es ponerla en un buen bocadillo. Pan cateto o una viena crujiente, unas lonchas finas de carne mechá, un poco de sal por encima y, si quieres, un chorreón de aceite de oliva virgen extra y un poquito de zumo de limón. Hay quien le pone mayonesa, alioli o incluso una pizca de mostaza suave, y oye, no está nada mal.
Otra forma muy apañada de comerla es con unas patatas fritas caseras al lado, o unas patatas aliñás si ya quieres algo más andaluz todavía. También queda genial con un poco de ensalada fresca, algo tipo lechuga, tomate y cebolla, para equilibrar lo contundente del lomo. Y si te va lo clásico, la puedes poner en un plato con picos o regañás, y listo, tapeo resuelto.
Bueno, pues ya lo tienes. Una receta de carne mechá al estilo andaluz, hecha en casa, con ingredientes de los de toda la vida y explicada paso a paso. Si te animas a hacerla, guárdate el caldito y prepárate para repetir, porque esto vuela. ¡Nos leemos pronto!
Si te gustan las recetas de Andalucía, no puedes dejar de probar los calamares a la andaluza, rebozados en harina y fritos bien crujientes, un clásico de los chiringuitos que no falla nunca; la receta de papas con choco, un guiso marinero típico de Huelva y Cádiz, con sepia y patatas en salsa espesa, de esos que saben a casa; o la ensaladilla de gambas al estilo andaluz, que se sirve con mayonesa generosa, ideal para el tapeo.