Si hay algo que nunca falta en una buena mesa de picoteo, son unas buenas croquetas de jamón. Crujientes por fuera, cremosas por dentro, con ese sabor que te hace cerrar los ojos de puro gusto… A ver, dime que no se te hace la boca agua solo de pensarlo.
La verdad es que no sé si te ha pasado, pero muchas veces cuando compras croquetas hechas, o incluso en algunos bares, saben más a harina que a jamón. Y oye, para eso mejor no comerlas, ¿verdad? Por eso a mí me encanta hacerlas en casa. Es un poco entretenido, no te voy a mentir, pero la diferencia se nota un montón.
Hoy te voy a contar cómo hacer unas croquetas de jamón caseras de las de toda la vida, cremosas, sabrosas y con ese toque casero que no tiene comparación. Así que venga, ponte el delantal que empezamos.
ÍNDICE DE CONTENIDOS
Receta de croquetas de jamón caseras
Ingredientes
- 200 g de jamón serrano
- 75 g de mantequilla
- 1 litro de leche entera
- 110 g de harina de trigo
- 1 cucharada de aceite de oliva virgen extra
- 1/2 cebolla pequeña (opcional)
- Sal al gusto
- Nuez moscada al gusto
- Pimienta negra al gusto
Para la masa
- 2 huevos
- Pan rallado (cantidad suficiente para rebozar)
- Aceite de oliva virgen extra (para freír)
Para el rebozado
Cómo hacer croquetas caseras de jamón
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- En una sartén amplia o una cazuela baja, derrite la mantequilla junto con la cucharada de aceite de oliva a fuego medio. El aceite es simplemente para que la mantequilla no se queme tan rápido, un truquillo de abuela, vamos.
- Cuando esté todo fundido, añade la media cebolla picada muy fina. Es opcional, yo siempre le pongo un poco, pero si no te gusta no la pongas.
- Déjala pochar despacito, sin prisas, hasta que esté transparente.
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- Añade la harina de trigo a la mezcla y remueve bien para que se integre. Deja que se cocine un par de minutos, sin dejar de mover, para que pierda ese sabor a crudo tan desagradable.
- Ahora ve echando la leche entera poco a poco, sin parar de remover. Remueve y remueve, hasta que la masa espese y se despegue un poco de las paredes de la sartén.
- Cuando la bechamel esté lista, echa el jamón serrano picado. Dale un par de vueltas, lo justo para que suelte su aroma.
- ponle sal (ojo, poca, que el jamón ya sala bastante), nuez moscada al gusto, y un pelín de pimienta negra. Prueba la masa, corrige si hace falta, y cuando esté a tu gusto, apaga el fuego.
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- Pasa la masa a una fuente amplia, cubre con film transparente bien pegado a la masa (para que no forme costra) y deja enfriar primero a temperatura ambiente y luego en la nevera unas horas, mejor de un día para otro.
- Con las manos un pelín humedecidas o con ayuda de dos cucharas, ve formando las croquetas. Luego pásalas primero por pan rallado, luego por huevo batido y después por pan rallado de nuevo.
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- Calienta abundante aceite de oliva virgen extra en una sartén o cazo pequeño. Cuando esté bien caliente (unos 180 °C más o menos, si quieres ser preciso usa un termómetro de cocina), fríe las croquetas en tandas pequeñas. No las amontones, que si no, bajan la temperatura del aceite y chupan más grasa.
- Sácalas cuando estén doraditas y ponlas sobre papel de cocina para quitar el exceso de aceite.

Consejos para unas croquetas de jamón perfectas
Mira, hacer croquetas no tiene mucha ciencia, pero sí que hay un par de cosillas que marcan la diferencia entre unas croquetas buenas y unas croquetas de escándalo. Te cuento:
Usa buen jamón
No hace falta que uses un jamón de bellota carísimo, pero sí uno decente. Si el jamón es muy salado o muy duro, las croquetas luego no quedan igual. Y otra cosa, pica el jamón pequeñito, que no te encuentres tropezones enormes, porque luego al morder puede ser incómodo
Paciencia con la bechamel
La masa de las croquetas necesita mimo. Remueve sin parar y ve echando la leche poco a poco. Ya sé que dan ganas de meter toda la leche de golpe para acabar antes, pero luego te arrepientes. Créeme, he estado ahí.
Deja enfriar la masa bien
Nada de querer formar las croquetas en caliente. La masa tiene que estar fría de verdad, compacta. Lo ideal es hacerla de un día para otro. Así se maneja mucho mejor y las croquetas quedan más uniformes.
No escatimes en el empanado
El rebozado tiene que ser generoso. Primero pan rallado, luego huevo batido y luego pan rallado. Si quieres que queden aún más crujientes, puedes hacer doble rebozado: huevo, pan rallado, otra vez huevo, otra vez pan rallado. Una bomba, pero qué bomba…
Aceite bien caliente y en cantidad
El aceite tiene que estar caliente pero sin humear. Y usa suficiente cantidad para que las croquetas floten un poco, no las frías “a la plancha”. Así quedan doradas por fuera y cremosas por dentro, que es justo lo que queremos.
Cómo acompañar las croquetas de jamón
Las croquetas de jamón son tan sabrosas que muchas veces no necesitan más acompañamiento que ellas mismas. Pero si por ejemplo las quieres servir como cena rápida, te cuento algunas ideas sencillas que siempre funcionan. Una de las mejores opciones es acompañarlas con una buena ensalada fresca. No hace falta complicarse mucho, con unas hojas de lechuga, unos tomates cherry y un toque de cebolla morada ya tienes una combinación ligera que equilibra el sabor tan contundente de las croquetas.
Si prefieres algo más calentito, también quedan de maravilla con una crema de verduras. Piensa en una crema de calabacín o incluso una de puerro. Esa mezcla de croquetas crujientes por fuera y la suavidad de una crema calentita por dentro es pura magia, te lo aseguro.
Y, claro, también puedes servir las croquetas como parte de un buen aperitivo o tapeo. Si tienes una mesa llena de pequeños platos, las croquetas se convierten en la estrella. Unas aceitunas, unas almendras, un buen queso… todo eso junto, y las croquetas en el centro, y tendrás un tapeo estupendo.
Bueno, pues ya ves, hacer unas croquetas de jamón caseras no tiene tanto misterio. Solo hay que seguir un poco el proceso con paciencia, y el resultado será tan sabroso que te van a pedir la receta.
¡Espero que disfrutes tanto haciéndolas como comiéndolas! Ya me contarás qué tal, ¿eh?
Si te gustan las croquetas caseras, no puedes dejar de probar la receta de croquetas de bacalao. Con una bechamel suave y el delicado sabor del bacalao desmenuzado, esta receta es perfecta para quienes disfrutan de los sabores marinos. Por otro lado, la receta de croquetas de pollo es ideal si prefieres una opción más ligera pero igualmente sabrosa. El pollo desmenuzado combinado con una bechamel cremosa crea un bocado tierno y lleno de sabor. Ambas son opciones deliciosas que no pueden faltar en tu repertorio de croquetas.