¿Pimientos rellenos? Mira, si hay una receta que nunca falla en casa, es esta. Y lo mejor es que puedes hacerla con lo que tengas a mano, aunque hoy te voy a enseñar cómo los preparo yo con carne picada y un buen gratinado de queso por encima que queda de escándalo.
En este caso uso pimientos amarillos, que tienen ese punto dulce que me encanta, pero si solo tienes rojos o verdes, también te van a quedar de lujo. Lo único importante es que sean de tamaño medio y más o menos rectos, para que se mantengan bien al horno y no se desmonten a la primera de cambio. Yo los corto de forma transversal, como si fueran una especie de cazuelitas, y así quedan muy vistosos, ya verás.
El relleno es muy sencillo: carne picada, cebolla, algo de pimiento, tomate y especias, y luego, al horno con queso rallado hasta que burbujee y se dore. Vamos, de esos platos que pones en la mesa y no queda ni rastro. Y si sobra alguno (cosa rara), al día siguiente están incluso más buenos.
ÍNDICE DE CONTENIDOS
Receta de pimientos rellenos de carne picada
Ingredientes
- 4 pimientos amarillos (o rojos, verdes, los que tengas)
- 400 g de carne picada (puede ser de ternera, cerdo o mixta)
- 1 cebolla grande
- 1/2 pimiento rojo o verde (para el sofrito)
- 2 dientes de ajo
- 200 ml de tomate triturado
- 1 cucharadita de orégano seco
- 1/2 cucharadita de comino molido (opcional)
- Pimienta negra al gusto
- Sal al gusto
- Queso rallado (el que más te guste para gratinar: mozzarella, emmental, cheddar…)
- Aceite de oliva virgen extra
Cómo hacer pimientos rellenos con carne
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Lo primero es preparar los pimientos. Lávalos bien, sécalos y córtalos de forma transversal, justo por la mitad, como si fueran pequeñas cazuelitas. Quítales las semillas y las partes blancas del interior con cuidado, sin romperlos. Ponlos en una bandeja de horno con un chorrito de aceite por encima y una pizca de sal. Mételos al horno unos 10 minutillos a 180 °C, solo para que se ablanden un poco antes de rellenarlos. Así luego no quedan duros por dentro.
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Mientras se hacen los pimientos, te pones con el relleno. En una sartén grande, echa un buen chorro de aceite de oliva y sofríe la cebolla picada finita junto con el ajo. Cuando empiecen a estar dorados, añade el medio pimiento troceado en cuadraditos pequeños. Le das unas vueltas a fuego medio, que todo se vaya pochando bien.
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Ahora añade la carne picada. Sube un poco el fuego y ve rompiéndola con una espátula para que no queden pegotes grandes. Echa sal, pimienta, el orégano y el comino si te gusta. Cocina unos minutos hasta que la carne esté bien hecha y empiece a dorarse un poco.
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Agrega entonces el tomate triturado y baja el fuego. Déjalo todo a fuego medio-bajo unos 10 minutos, removiendo de vez en cuando. Si ves que queda muy seco, puedes echar un chorrito de agua o un poco más de tomate. La idea es que quede jugoso, pero no líquido.
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Saca los pimientos del horno con cuidado y ve rellenándolos con la mezcla. Aprieta un poco con una cuchara para que quede compacto, pero sin pasarte, que no se rebosen. Encima de cada uno, pon una buena capa de queso rallado.
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Vuelve a meterlos al horno, esta vez a 200 °C (si tienes, con grill), durante unos 15 o 20 minutos, o hasta que veas que el queso está dorado y burbujeando.
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Cuando los saques, déjalos reposar unos minutos antes de servirlos.

Consejos para hacer pimientos rellenos
- Elige bien los pimientos: si puedes, busca los que sean más rectos y de tamaño similar. Así se cocinan por igual y quedan más estables en la bandeja.
- No te pases con el relleno, sobre todo si es muy jugoso. Si rebosas el pimiento, luego se puede salir todo en el horno y queda hecho un lío.
- Puedes usar otro tipo de carne, no tiene por qué ser solo ternera o cerdo. Con pollo picado o incluso con carne vegetal también quedan muy buenos.
- Si te gusta con más sabor, añade un poco de pimentón dulce o picante al sofrito. Le da un toque muy rico, sin complicarse la vida.
- No saltes el paso de prehornear los pimientos. Esos 10 minutos hacen que luego queden tiernos, y evitas que estén duros cuando los sirvas.
- El queso rallado es clave: usa uno que gratine bien. Mozzarella para que funda mucho, o mezcla de quesos si quieres ese toque más sabrosón por arriba.
- ¿Te sobró relleno? Guárdalo para rellenar calabacines, berenjenas, o incluso para unos tacos o unas tostas rápidas.
Cómo acompañar los pimientos rellenos
Una de las cosas buenas de esta receta es que, por sí sola, ya llena bastante. Pero si te apetece montar un plato más completo o tienes invitados, hay un par de opciones que le van genial.
El arroz blanco es un clásico que nunca falla. Lo haces suelto, sin más, y sirve para equilibrar el sabor del relleno. Además, si el pimiento suelta jugo al hornearse, el arroz lo recoge de maravilla. Y si quieres algo con un poco más de gracia, puedes hacer arroz con ajo o arroz integral.
También puedes ponerlos con una ensalada fresca, de las que se montan en cinco minutos. Lechuga, tomate, cebolla, un poco de pepino y un aliño bueno. Va bien porque refresca el paladar, sobre todo si los pimientos llevan especias o están muy sabrosos.
Otra opción muy apañada es acompañarlos con puré de patata, sobre todo si los vas a servir en una comida o cena más tranquila. El contraste entre el cremoso del puré y el gratinado del pimiento queda genial.
Y si lo tuyo es comer de táper, pues los puedes guardar con un poco de cuscús o quinoa. Aguantan bien de un día para otro y te montas una comida completa sin liarte mucho.
Bueno, pues ya está. No tiene mucho misterio, ¿verdad? Estos pimientos rellenos de carne son de esas recetas que puedes hacer casi con los ojos cerrados, y que siempre triunfan. Además, si un día no tienes carne, puedes rellenarlos con arroz, legumbres, sobras… lo que tengas. Se adaptan a lo que haya en la nevera, y eso siempre se agradece.
Si te gustan las verduras rellenas, no puedes dejar de probar la receta de berenjenas rellenas, con su carne bien especiada y ese toque de gratinado que las hace irresistibles; la receta de calabacines rellenos, ligeros y jugosos, perfectos para una cena rápida y sana; o los tomates rellenos al horno, que combinan el dulzor natural del tomate con un relleno sabroso y sencillo que se prepara en un momento.