La tarta de limón es uno de esos postres que te arreglan una comida. No sé si te pasa, pero a veces después de comer algo pesado, apetece algo que no sea tan dulce. Pues eso, esta tarta tiene ese punto ácido del limón que refresca un montón, y al mismo tiempo es cremosa y con una base crujiente que le da el toque. Vamos, que lo tiene todo.
Yo la probé por primera vez en casa de una amiga, de esas que siempre tienen algo dulce hecho “por si acaso viene alguien”. Pues llegó ese alguien, o sea yo, y claro, me puse las botas. Le pedí la receta en cuanto di el primer bocado. Desde entonces la he ido haciendo a mi manera, y te aseguro que esta versión queda de escándalo.
Aquí te voy a contar cómo hacer una tarta de limón casera, paso a paso, con truquillos y opciones por si no tienes tiempo o ganas de hacer todo desde cero. Porque sí, se puede tirar de masa comprada y queda también buenísima. Pero eso te lo explico más abajo.
ÍNDICE DE CONTENIDOS
Receta de tarta de limón fácil
Ingredientes
- 250 g de harina de trigo
- 125 g de mantequilla fría (en daditos)
- 80 g de azúcar glas
- 1 huevo
- 1 pizca de sal
- La ralladura de medio limón
Para la base
- 250 ml de leche entera
- 100 g de azúcar
- 10 g de harina de trigo
- 30 g de maizena
- 2 huevos medianos
- 50 g de zumo de limón (el de 1 limón grande más o menos)
- La ralladura de 1 limón
- 50 g de mantequilla
- 1 pizca de sal
Para la crema de limón
Cómo hacer la tarta de limón de la abuela
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Preparamos la masa quebrada
Empieza por la masa quebrada. En un bol grande pon la harina, el azúcar glas y una pizca de sal. Añade la mantequilla fría cortada en daditos y empieza a deshacerla con los dedos hasta que parezca arena mojada. Si tienes batidora con el gancho como yo, puedes usarla.
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Ahora añade el huevo y un poco de ralladura de limón. Amasa solo lo justo para que todo se una y puedas formar una bola. Haz un disco con la masa, envuélvela en film transparente y métela en la nevera al menos 30 minutos.
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Hacemos la crema de limón
Pon la leche entera en un cazo junto con la ralladura del limón y caliéntala a fuego medio, sin que llegue a hervir. Solo queremos que coja el aroma del limón.
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En otro bol, bate los huevos con el azúcar, una pizca de sal, los 10 g de harina y los 30 g de maizena. Mezcla bien hasta que no queden grumos. Luego vierte encima la leche caliente, y sigue batiendo con las varillas para que se integre todo.
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Vuelve a poner la mezcla en el cazo y llévala al fuego, removiendo sin parar. Al cabo de unos minutos verás que espesa. En ese momento, retira del fuego y añade el zumo de limón y la mantequilla en trocitos. Remueve hasta que la mantequilla se derrita y se mezcle bien.
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Montamos y horneamos la tarta
Saca la masa de la nevera y estírala con un rodillo sobre una superficie ligeramente enharinada. Forra un molde para tarta (unos 22-24 cm de diámetro van bien) con la masa, ajustando bien los bordes y recortando lo que sobre. Pincha el fondo con un tenedor.
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Vierte la crema de limón directamente sobre la masa en crudo. Alisa bien la superficie con una espátula o el dorso de una cuchara.
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Lleva al horno precalentado a 170 °C (pon la rejilla a una altura central) y hornea durante unos 45 minutos, hasta que veas que los bordes están dorados y el centro ha cuajado.
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Saca la tarta del horno y deja que se enfríe completamente antes de desmoldarla.
Luego métela en la nevera durante un par de horas mínimo. Fría está aún más rica, ya lo verás.

Consejos para que la tarta de limón te salga de 10
- ¿Te da pereza hacer la masa? Pues no pasa nada, de verdad. Puedes usar una masa quebrada comprada y el resultado sigue siendo muy bueno. Solo asegúrate de usar una que no sea demasiado dulce, porque con la crema ya va bien servida de azúcar. La sacas de la nevera, la desenrollas, la pones en el molde, recortas los bordes y sigues con la receta tal cual. Eso sí, vigila el horneado, que dependiendo de la masa puede dorarse antes.
- Ralladura sí, pero solo lo amarillo. Cuando vayas a rallar el limón, cuidado con llegar a la parte blanca, que amarga un montón. Solo la parte amarilla, que es donde está el aroma rico.
- La crema espesa de golpe. No te despistes al fuego, que parece que no pasa nada y de pronto ¡boom!, se espesa. Remueve sin parar y ten el fuego medio-bajo para controlar mejor.
- ¿Se te ha agrietado un poco por arriba al hornear? No pasa nada, es bastante normal. Una vez fría, puedes taparlo con un poco de azúcar glas, unas rodajitas de limón finas o incluso merengue si te vienes arriba.
Cómo acompañar la tarta de limón casera
La tarta de limón ya tiene un sabor impresionante por sí sola, pero si quieres llevarla a otro nivel, hay algunas formas de acompañarla que van fenomenal. Para empezar, una buena nata montada al lado nunca falla. La puedes colocar junto a la tarta o incluso encima, pero de manera sutil para no tapar el delicioso sabor del limón. Si te gustan las combinaciones de sabores, los frutos rojos son una opción perfecta. Unas fresas, frambuesas o arándanos, con su toque ácido, contrastan maravillosamente con la dulzura de la crema de limón.
También queda genial con frutos rojos. Unas fresas fresquitas, frambuesas o arándanos le van de maravilla, porque ese puntito ácido combina súper bien con la cremosidad y el dulzor de la tarta.
Y claro, no puede faltar algo para beber. Un café corto, de esos intensos, hace un contraste buenísimo. Si prefieres el té, uno negro como el Earl Grey le da un toque elegante, y si te van los sabores más suaves, un té verde también encaja muy bien.
Ahora, si hace calor y te apetece algo más fresco, prueba a servirla con una bola de helado de vainilla al lado. No te imaginas lo bien que queda la mezcla de la tarta con el helado derritiéndose un poco… Es una locura de buena.
Si te gustan los bizcochos suaves y esponjosos, no puedes dejar de probar el bizcocho de limón y yogur. Esta receta es perfecta para un desayuno o merienda, ya que combina la frescura del limón con la suavidad del yogur, creando una textura húmeda y deliciosa. Si prefieres una opción sin gluten, el bizcocho de limón sin gluten es ideal. Y si lo que te apetece es algo más refrescante, no te puedes perder la limonada casera. Hecha con solo unos pocos ingredientes, como limones frescos, agua y azúcar, es la bebida perfecta para combatir el calor del verano con un toque natural y revitalizante.