A lo largo de nuestra trayectoria como padres nos vamos enfrentando a diversas etapas en relación al desarrollo de los niños: los terrores nocturnos, las rabietas cuando son pequeños… Pero las preocupaciones cambian, como cambian nuestros hijos. Y una de las etapas que más dolores de cabeza nos produce es la famosa adolescencia, la “edad del pavo”.

Ese salto que se produce de pequeño a grande, una tarea difícil de delimitar. Vamos a colocar esta edad alrededor de los 11 ó 12 años, en el paso de Primaria a Secundaria. Les invaden cambios físicos y psicológicos que hacen que estén con estados de ánimo ambivalentes, se cuestionen asuntos que antes no tenían importancia para ellos, y sus preferencias y relaciones sociales cambien por completo. Tanto para ellos como para nosotros es algo nuevo.

Vamos a ofrecer unas pistas para detectar qué está cambiando en nuestros hijos y cómo podemos ayudarles a que ellos se sientan más cómodos con todo lo que van a experimentar o están experimentando.

La Pubertad

La Pubertad engloba todos los cambios físicos. Es una maduración sexual que ayuda a prepararnos para la reproducción. En las chicas comienzan a crecer las mamas, aparece la menstruación y hay una acumulación de grasa; y en los chicos comienza a salir el pelo en la cara, les cambia la voz y se produce el desarrollo muscular. Para ambos, se despierta el impulso sexual, con todas las dudas que esto conlleva. Estos cambios hormonales y transformaciones pueden acarrearles inseguridad, vergüenza, torpeza corporal y el desarrollo de algunos complejos.

Son conductas típicas utilizar ropa ancha para disimular, ocultar la cara con el pelo o evitar actividades deportivas con el grupo/clase.

Explicarles lo que ocurre con tranquilidad, haciendo hincapié en las diferencias personales y la autenticidad de cada persona es clave para afrontar el proceso con conocimiento y seguridad.

La Adolescencia

La Adolescencia es el aspecto más psicológico, sigue a la pubertad y es la etapa donde se producen cambios cognitivos importantes. Aparecen conductas infantiles que nos desconciertan. En este período tienen la necesidad de reconocimiento por parte de otros y se rebelan contra la autoridad, todo ello para construir su identidad personal y formarse un concepto positivo de sí mismo. Aparecen problemas en los que su dependencia-independencia de los padres les acarrean confusión, malestar y pueden provocar discusiones familiares.

Son conductas típicas pasar mucho tiempo en su habitación, no recogerla, pasar horas ante el ordenador o con el teléfono.

Utiliza la conversación, el diálogo y la  negociación de unos límites razonables. No ridiculices lo que le está ocurriendo y dale responsabilidades acordes con su edad, esto le ayudará en su maduración y facilitará la convivencia en casa.

Adolescente Hablando

Las Relaciones sociales en la adolescencia

Las Relaciones sociales cambian. La familia pasa a un segundo plano para dejar paso a los compañeros, un referente primordial. El sentido de independencia hace que sean más críticos hacia los padres y las relaciones con amigos se convierten en la clave para construir su identidad personal.

Ya no nos cuentan todo lo que les ocurre, no acuden a nosotros en determinadas decisiones cotidianas o pueden llevarnos la contraria airadamente. Incluso evitan que les acompañemos porque sienten vergüenza en algunas ocasiones.

Respetemos este espacio y tengamos conocimiento de las amistades que frecuenta porque ejercerán mucha influencia en aspectos como formas de vestir, lecturas, músicas, aspiraciones… Es muy importante orientar sus decisiones, razonablemente, y evitar las imposiciones.

El pensamiento de los adolescentes

Su Pensamiento se centra en proyectar una imagen. Una de sus preocupaciones primordiales es lo que los demás piensen de él. Por esto, en ocasiones pueden mostrar conductas exageradas o antinaturales. Los pensamientos que elabora sobre el mundo son muy cerrados y poco realistas; y vive sus experiencias como únicas e incomprensibles.

Nos encontraremos con frases como “Es que tú no me entiendes…”, “No sabes nada de esto, en tu época no pasaban estas cosas”

A medida que se vaya insertando socialmente y vaya tomando contacto con diferentes posturas y realidades, superará estas peculiaridades cognitivas.

Como vemos, es una etapa muy interesante y compleja, de cambios importantes que van a requerir mucha atención por nuestra parte. Sus necesidades cambian, sus intereses también, y el niño evoluciona física y mentalmente.

Los padres más democráticos, conversadores, flexibles y equilibrados serán los que más influencia ejercerán tanto en la forma de pensar como de actuar de sus hijos adolescentes.

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