Albóndigas con tomate

Receta de albóndigas con tomate
Descubre cómo preparar unas albóndigas con tomate jugosas, caseras y con ese toque de sabor que enamora. Fácil, práctica y perfecta para toda la familia.

Las albóndigas con tomate son de esos platos que siempre aparecen cuando hablamos de comida casera de verdad. No sé si te pasa, pero a mí en cuanto pienso en ellas me viene a la cabeza la típica cazuela humeante en el centro de la mesa, con todos pidiendo pan porque claro… ¿quién se resiste a mojar en esa salsa?

En mi casa, por ejemplo, eran una especie de ritual. Mi abuela las hacía los domingos, y recuerdo perfectamente que siempre sobraba salsa porque ella, exagerada como era, ponía tomate “para un regimiento”. Lo gracioso es que al día siguiente ya sabíamos todos que habría espaguetis con salsa de albóndigas reciclada, y oye, era casi mejor que el plato del día anterior.

Y es que al final las albóndigas con tomate tienen ese punto de plato humilde y sencillo, pero que gusta a todo el mundo, desde los más peques hasta los más tiquismiquis. Aquí vas a encontrar la receta clara y fácil de seguir, con algún que otro truquillo para que queden jugosas y con sabor de los de siempre.

Receta de albóndigas en salsa de tomate

Ingredientes

  • 1 kg de carne picada mixta (ternera y cerdo)
  • 1 huevo
  • 2 rebanadas de pan de molde sin corteza
  • 50 ml de leche
  • 2 dientes de ajo
  • 2 cucharadas de perejil fresco picado
  • Sal al gusto
  • Pimienta negra molida al gusto
  • Harina (para rebozar)
  • Aceite de oliva virgen extra (para freír)

    Para la salsa

  • 800 g de tomate triturado
  • 1 cebolla grande
  • 2 dientes de ajo
  • 1 hoja de laurel
  • 1 pizca de azúcar
  • Sal al gusto
  • Pimienta negra al gusto
  • Aceite de oliva virgen extra

Cómo hacer albóndigas con tomate caseras

  • Ingredientes Masa Albondigas Caseras

    Lo primero es preparar la mezcla de la carne. En un bol grande pon la carne picada junto con el huevo, los dientes de ajo muy picaditos, el perejil, la sal y la pimienta. Aparte, empapa las rebanadas de pan en la leche hasta que estén blanditas y añádelas a la carne. Con las manos limpias mezcla todo bien. Deja reposar en la nevera por unos 20-30 minutos.

  • Albondigas

    Cuando tengas la masa lista, forma bolitas del tamaño que prefieras, más grandes o más pequeñas según el gusto. Pásalas por harina para que mantengan mejor la forma y resérvalas en un plato.

  • Albondigas Fritas

    Pon una sartén amplia con aceite de oliva a calentar. Fríe las albóndigas en tandas, solo hasta que cojan un poco de color por fuera, no hace falta que se hagan del todo por dentro. Sácalas y ponlas sobre papel de cocina para quitar el exceso de aceite.

  • Salsa Tomate

    Ahora toca la salsa. En una cazuela amplia echa un buen chorro de aceite de oliva y sofríe la cebolla picada fina junto con los ajos. Cuando estén blanditos y con un poco de color, añade el tomate triturado, la hoja de laurel, sal, pimienta y si quieres una pizca de azúcar para reducir la acidez. Deja que se cocine a fuego medio durante unos 20 minutos, removiendo de vez en cuando.

  • Albondigas Tomate

    Por último, incorpora las albóndigas a la cazuela con la salsa de tomate. Baja un poco el fuego y deja que cuezan juntas unos 15 o 20 minutos, para que la carne termine de hacerse por dentro y se empape bien del sabor del tomate. Al final tendrás un guiso con una salsa espesa y las albóndigas jugosas listas para servir.

Consejos para hacer albóndigas con tomate

  • Deja reposar la mezcla en la nevera: con 20 o 30 minutos es suficiente. Esto ayuda a que la masa se asiente, coja mejor el sabor del ajo y el perejil, y sobre todo facilita que las albóndigas no se deshagan al freírlas.
  • El pan importa: si usas pan del día anterior bien remojado en leche, conseguirás una textura más tierna y sabrosa que con pan de molde. Eso sí, escurre un poco el exceso de leche antes de añadirlo.
  • Hornear en lugar de freír: si buscas una versión más ligera, colócalas en una bandeja de horno con papel vegetal y un chorrito de aceite por encima. A 200 °C, en unos 15 minutos estarán listas y con menos grasa.
  • Un toque de vino blanco en la salsa: añade medio vaso justo después de pochar la cebolla y deja que evapore antes de echar el tomate. Ese detalle aporta un aroma y un sabor que cambia bastante el resultado.
  • La salsa necesita paciencia: aunque tengas prisa, intenta cocinar el tomate a fuego lento unos 20 minutos como mínimo. Así se reduce la acidez y se concentra el sabor, dejando una salsa más espesa y sabrosa.
  • Aprovecha las sobras: si te queda salsa, no la tires. Al día siguiente puedes usarla con pasta, arroz o incluso sobre unas patatas cocidas. Es de esas salsas que mejoran con el reposo.

Cómo acompañar las albóndigas con tomate

Las albóndigas con tomate admiten un montón de acompañamientos distintos. Lo típico es servirlas con arroz blanco, que queda perfecto para mezclar con la salsa y absorber todo ese jugo. Es una combinación sencilla pero que nunca falla.

Otra opción muy popular son las patatas fritas, cortadas en dados pequeños o tipo panadera. Eso sí, ya sabes lo que pasa… al final acabas mojando media barra de pan en la salsa, porque con las patatas y el tomate juntos es imposible resistirse.

Si prefieres algo más ligero, unas verduras salteadas o una ensalada fresca también van de maravilla. Dan ese contraste que equilibra el plato y no te dejan con la sensación de haber comido demasiado.

Y claro, el clásico entre clásicos: un buen trozo de pan. No hay plato de albóndigas con tomate que se respete si no hay pan para “rebañar” hasta la última gota de salsa.

Bueno, espero que después de leer esto te animes a preparar unas albóndigas con salsa de tomate en casa. No hace falta complicarse demasiado, y la verdad es que quedan deliciosas, con esa salsa que siempre termina conquistando a todos. Ya sabes, cocina tranquila, disfruta del proceso y luego… a mojar pan sin remordimientos.

Si buscas otras recetas con carne picada, no puedes dejar de probar el pastel de carne y patata, un plato jugoso y fácil de preparar que combina carne tierna con una capa cremosa de patata; los filetes rusos, perfectos para una comida rápida y sabrosa, con su mezcla de carne y pan rallado que los hace muy tiernos; los pimientos rellenos de carne, una receta clásica donde la verdura y la carne se complementan para crear un plato lleno de sabor; y las hamburguesas caseras, ideales para disfrutar en cualquier momento, con la ventaja de poder añadir los ingredientes que más te gusten y controlar la calidad de la carne.

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