Baba ganoush… A ver, tengo que confesarte algo: no soy muy amiga de las berenjenas. No es que las odie, pero vamos, si hay que elegir verdura, me voy antes a un calabacín o unos pimientos. Eso sí, soy consciente de que hay que meterla en la dieta porque, oye, tiene lo suyo: es baja en calorías, tiene un montón de fibra, antioxidantes y encima ayuda con el colesterol y la digestión. Vamos, que aunque no me emocione, sé que es buena. Así que, buscando formas de colarla en mis comidas, me topé con el baba ganoush.
Y mira, qué sorpresa. Lo probé un día en casa de una amiga que cocina de maravilla y me quedé loca. Tiene ese punto ahumado, una textura cremosa que se unta de maravilla y un sabor que, sinceramente, ni me recordaba a la berenjena. Me pareció parecido al hummus, pero con un toque más exótico, más potente, no sé… ¡una maravilla!
Desde entonces, ha pasado a ser mi truco favorito para comer berenjena sin poner cara rara.
El baba ganoush o baba ganush viene del Medio Oriente, concretamente se cree que nació en el Líbano o Siria, aunque también es muy típico en países como Turquía, Israel o Egipto. Su nombre en árabe significa algo así como “padre mimado” o “consentido”, y hay quien dice que se debe a que era un plato especial que se preparaba para alguien importante. Sea como sea, lleva siglos en las mesas de esa zona y hoy en día se come por todo el mundo.
Lo preparo cuando vienen amigos, como aperitivo o incluso para cenar rápido con pan pita y un par de cosillas más. Y si tú también estás en plan “quiero comer mejor pero sin torturarme”, te digo que esta receta te puede cambiar la jugada.
ÍNDICE DE CONTENIDOS
Receta de baba ganoush
Ingredientes
- 1 kg de berenjenas
- 2 dientes de ajo
- 4 cucharadas de tahini (pasta de sésamo)
- 4 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
- Zumo de 1 limón grande
- 1 cucharadita de comino molido
- Sal al gusto
- Un chorrito extra de aceite de oliva para servir
Cómo hacer baba ganoush
-
Lo primero es preparar las berenjenas. Lávalas bien y sécalas con un paño. Luego, pínchalas con un cuchillo por varios sitios (esto es importante para que no exploten en el horno, que sí, puede pasar).
-
Colócalas en una bandeja de horno forrada con papel y ásalas a 200 °C durante unos 35-40 minutos, dándoles la vuelta a mitad de cocción. Estarán listas cuando la piel esté arrugada y la carne blanda al pincharlas con un tenedor.
-
Una vez asadas, déjalas enfriar un poco, lo justo para no quemarte. Luego ábrelas por la mitad y con una cuchara saca toda la pulpa, desechando la piel. Si ves que hay muchas semillas, puedes quitar parte, aunque no pasa nada si dejas algunas. Coloca la pulpa en un colador durante unos 10 minutos para que suelte el exceso de líquido. Esto ayuda a que el resultado no quede aguado.
-
Ahora toca triturar. Pon la pulpa escurrida en el vaso de la batidora o procesador junto con los ajos pelados, el tahini, el zumo de limón, el aceite de oliva, el comino y la sal. Tritura todo hasta obtener una crema suave pero con algo de textura. No hace falta que quede como un puré fino, el baba ganoush agradece un toque más rústico.
-
Pruébalo y ajusta a tu gusto. A lo mejor te apetece añadir un poco más de limón, o quizás otro pellizco de sal. Cuando esté como te gusta, pásalo a un bol y, justo antes de servir, echa un chorrito de aceite de oliva por encima y espolvorea con un poco de pimentón si te apetece. Listo.
Consejos para hacer baba ganoush
- Elige bien las berenjenas: cuanto más grandes, más carne tienen, pero a veces también más semillas. Si puedes, busca berenjenas que estén firmes y pesen poco en relación a su tamaño. Eso suele indicar que no están llenas de agua ni de semillas.
- No te saltes el paso de escurrir la pulpa: puede parecer una tontería, pero si no lo haces, el resultado te puede quedar demasiado líquido. Diez minutillos en un colador y ya lo tienes.
- El toque ahumado es clave: tradicionalmente se hacía sobre brasas, así que si tienes oportunidad de asarlas en una barbacoa, el sabor se dispara. Si no, el horno funciona perfectamente. Algunas personas le dan un toque de sabor ahumado con una pizca de pimentón ahumado.
- ¿No tienes tahini? Puedes triturar semillas de sésamo tostadas con un poco de aceite y ya tienes una versión casera.
- Ajusta el ajo a tu gusto: si no te apasiona el sabor fuerte del ajo crudo, puedes asarlo junto con las berenjenas o escaldarlo un minuto en agua caliente antes de triturarlo. Le baja bastante la potencia.
- Textura ideal: ni demasiado líquida ni tipo cemento. Que se pueda untar fácil, pero sin que chorree. Si te pasas triturando o te queda muy suelto, puedes corregirlo con una cucharadita extra de tahini.
- ¿Se puede congelar? Sí, aunque no es lo ideal. Cambia un poco la textura al descongelar. Si lo haces, mejor en porciones pequeñas y bien cerrado. En la nevera aguanta unos 4-5 días sin problema.
Cómo acompañar el baba ganoush
Lo más típico, y seguramente lo que te viene a la cabeza al pensar en baba ganoush, es servirlo con pan de pita. Es la pareja ideal, sobre todo si lo calientas un poco antes para que esté blandito y listo para mojar. Pero si no tienes pan de pita a mano, no te preocupes, porque hay más opciones.
Otra forma muy sencilla y ligera es usar crudités, que suena muy fino pero vamos, son palitos de zanahoria, pepino, apio o lo que tengas por la nevera. Es perfecto para picar sin sentirte culpable, y además queda muy bien si tienes invitados y quieres montar algo un poco más vistoso sin complicarte.
Si te sobra baba ganoush (aunque ya te aviso que vuela), puedes usarlo como base para una tostada. Unas cucharadas sobre pan tostado, un huevo cocido por encima o unos tomatitos cherry cortados y un poco de sal gorda, y tienes una cena apañada en 5 minutos.
También queda genial como parte de un mezze, que es una especie de picoteo variado muy típico en países del Mediterráneo oriental. Puedes ponerlo junto al hummus, tabulé, aceitunas, queso feta, frutos secos… y montarte una mesa que lo flipas sin tener que cocinar nada más.
Bueno, pues ya ves que el baba ganoush no tiene ningún misterio y te puede sacar de un apuro más de una vez. Es fácil, saludable, y si eres de los que no se lleva muy bien con las berenjenas, como yo, te diré que es de las pocas formas en las que no solo las tolero… ¡me encantan! Así que si no lo has probado aún, dale una oportunidad. Y si ya lo conoces, anímate a prepararlo en casa, porque el casero no tiene nada que ver con el que puedas comprar por ahí.
Si buscas más recetas con berenjenas, no puedes dejar de probar las berenjenas rebozadas, esta receta crujiente y sencilla, perfecta para un picoteo o como acompañamiento; si prefieres algo más completo, las berenjenas rellenas son una opción genial que admite un montón de ingredientes y se puede adaptar a todos los gustos; y si buscas una idea diferente, la pizza de berenjenas es una forma deliciosa y original de disfrutar esta verdura, ideal para una cena informal con amigos o en familia.