Galletas ‟fósiles” de dinosaurios

Batimos la mantequilla junto con el azúcar hasta que estén bien mezcladas. Agregamos la harina y la sal, amasamos hasta obtener una masa lisa y sin grumos, envolvemos en papel film y dejamos reposar en la nevera por 30 minutos.

Después de este tiempo, cogemos la masa y formamos pequeñas bolitas, las colocamos algo espaciadas sobre una bandeja de hornear cubierta con papel de horno, y las aplastamos con las manos.

Os quedará algo parecido a las galletas de la imagen principal, si en cambio queréis galletas más regulares, como las de la segunda imagen, estirad la masa con el rodillo y cortadlas con un cortante de galletas. Ponemos la bandeja en la nevera por unos 10 minutos.

Ahora llegó el momento de dejar nuestras ‟huellas” sobre las galletas. Para ello usaremos los juguetes de los peques. Seguro que tenéis en casa dinosaurios de plástico, los laváis muy muy bien y los usáis para dejar las huellas sobre las galletas, simplemente presionando sobre ellas con el muñeco. Puede ser la pata, o el muñeco entero, lo importante es que la marca que nos queda sea reconocible.

Para que estas galletas fósiles queden perfectas es importante que la masa de las galletas esté siempre fría (esto significa que estará dura). Por eso si estáis trabajando con una fuente de galletas y os ha quedado masa, mantenedla en la nevera. Lo mismo si preparáis más de una fuente de galletas, mientras una se hornea, la otra debe estar al frío.

Cuando tenemos listas nuestras galletas, horneamos a 180° en horno precalentado, por unos 12 minutos, hasta que estén apenas un poco doraditas en los bordes.