Una verdadera pesadilla a la que muchos papis debemos enfrentarnos es descubrir, ya sea a través de nuestros propios ojos o de los de la maestra, que nuestro peque pega y muerde. Ante estas situaciones la mayoría de los padres pensamos lo mismo: ¿en qué hemos fallado?

Hoy analizamos por qué se pueden producir estos comportamientos en los niños y os damos algunos consejos sobre cómo actuar si tus hijos pegan y muerden.

Niños que pegan y muerden: cuándo aparece la agresividad

Por lo general, los pequeños de año y medio demuestran actitudes «agresivas» como morder o pegar ante situaciones que no controlan, por ejemplo frente a un niño que le quita un juguete en el parque. Se trata de una reacción natural, de hecho, la mayor parte de los niños pasan por esta etapa e incluso, algunos profesionales sostienen que hacia los 3 años suele darse una etapa de mayor agresividad que tiende a disminuir hacia los 4 o 5 años. Sin embargo, no por ser normal, los papis debemos dejar que siga el curso natural.

Los pequeños actúan de esta manera porque no saben gestionar sus frustraciones. Es tarea de los papis enseñar a los niños que estas actitudes no son adecuadas y a expresar sus emociones de otra manera.

¿Por qué los niños pegan o muerden?

Como ya hemos dicho, pegar y morder no es un hecho aislado y fuera de lo común: la mayoría de los niños pega o muerde en algún momento. El problema es que para algunos pequeños, estas actitudes se vuelven cotidianas y habituales y ahí llega el momento de preguntarse por qué muerden o pegan.

La realidad es que esta situación puede deberse a una multiplicidad de factores, desde las variables personales como inestabilidad emocional o falta de respeto o empatia hacia otras personas, hasta variables ambientales como la influencia de la televisión en el comportamiento infantil. Por supuesto, algunas situaciones puntuales como la separación de los padres también puede generar que el peque pegue o muerda como vía de escape de su propio estrés.

Consejos para actuar si tus hijos pegan o muerden

Los peques aprenden muchos de sus comportamientos mediante la imitación, por lo tanto intenta moderar tus propias reacciones ante la frustración. Si tu hijo te ve gritar o golpear la mesa cuando algo no sale como tú deseas, es probable que imite esas reacciones…

Más allá de esto, veamos algunos consejos:

  • dialoga con tu hijo sobre sus actitudes, evitando los castigos físicos y los gritos. Como ya te hemos dicho, los niños aprenden por imitación: dale el ejemplo de cómo solucionar conflictos.
  • enseña a tu hijo habilidades sociales. Juega con él para que aprenda a reconocer y expresar sus emociones de una manera tranquila y pacífica.
  • enseña a tu hijo a negociar cuando desea algo en lugar de arrebatarlo o tomarlo por la fuerza.
  • no dudes en intervenir si tu hijo pega o muerde a otro niño. Hazlo de manera rápida pero sin gritos ni castigos físicos y enséñale a tu pequeño a pedir perdón por su comportamiento, una vez esté más tranquilo.

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Imagen: Matthias Buehler

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