¿Quién no ha preparado alguna vez alitas de pollo al horno un domingo cualquiera? Yo las hago bastante a menudo, sobre todo cuando no me apetece complicarme y quiero algo que guste seguro. Se colocan en la bandeja, un poco de aliño y al horno. Fácil, sin manchas de aceite por toda la cocina y con ese olor que ya te va diciendo: “eh, en un rato comemos bien”.
Ahora bien, si hablamos de darles un puntazo diferente, el marinado es la clave. En este caso vamos a usar una combinación muy sencilla con salsa de soja, azúcar moreno y especias, que hace que la carne quede jugosa y con un sabor de esos que engancha. Nada complicado, lo típico que mezclas en un bol en un minuto y dejas que el pollo haga el resto.
Lo mejor es que no necesitas ser ningún chef para que estas alitas de pollo al horno salgan ricas. Yo la primera vez que las hice pensé que igual quedaban secas, y oye, para nada. Al final son cuatro cosas: dejar que cojan bien el sabor y darles el tiempo justo en el horno. Y cuando las pones en la mesa, es lo típico que desaparece en un momento.
ÍNDICE DE CONTENIDOS
Receta de alitas de pollo al horno adobadas
Ingredientes
- 1 kg de alitas de pollo
- 4 cucharadas de salsa de soja
- 2 cucharadas de azúcar moreno
- 2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
- 1 cucharadita de ajo en polvo
- 1 cucharadita de cebolla en polvo
- 1 cucharada de pimentón dulce (puedes mezclar con picante si te gusta)
- ½ cucharadita de comino molido (opcional, pero le va genial)
- ½ cucharadita de pimienta negra molida
- ½ cucharadita de sal
Cómo hacer alitas de pollo al horno adobadas con salsa de soja y especias
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Lo primero será preparar las alitas de pollo, limpiándolas bien de cualquier resto de pluma, grasa, etc.
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Luego coloca las alitas limpias en una bolsa grande de plástico apta para alimentos. Así evitamos manchar cacharros y conseguimos que el aliño se reparta mucho mejor.
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Después se añade la salsa de soja directamente sobre las alitas. La bolsa facilita que el líquido cubra todas las piezas sin necesidad de usar mucho. Basta con cerrarla un poco y mover suavemente para que la carne vaya absorbiendo la marinada.
A continuación se incorporan las especias y el azúcar moreno. En la foto se ve claramente cómo se espolvorean encima, formando una capa sobre la superficie del pollo. Aquí lo importante es cerrar bien la bolsa y masajear con las manos para que cada alita quede recubierta de manera uniforme.
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Una vez mezclado todo, la bolsa se cierra del todo y se guarda en la nevera. Lo ideal es dejarla al menos media hora, aunque si puedes esperar más, mejor. De esta manera, cuando las hornees, ya tendrán ese sabor integrado y la piel cogerá color más fácilmente.
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Por último, toca el horno. Se precalienta a 200 °C, se colocan las alitas en una bandeja forrada con papel y se hornean unos 35-40 minutos. A mitad de tiempo conviene darles la vuelta para que se doren por ambas caras. Al final quedan doradas, con la piel crujiente y un aroma que llena la cocina.

Consejos para hacer alitas de pollo al horno
- No amontones las alitas en la bandeja: si se colocan demasiado juntas, se cuecen en su propio jugo en lugar de dorarse. Mejor en una sola capa, con un poco de espacio entre ellas.
- Deja reposar la marinada el máximo posible: aunque con media hora sirve, si las dejas varias horas o incluso toda la noche, el sabor será mucho más intenso.
- Dales la vuelta a mitad de cocción: así se doran por los dos lados y no se quedan con la piel blanda por debajo.
- Usa papel de horno o una rejilla: el papel evita que se peguen y la rejilla hace que la grasa caiga abajo, consiguiendo una piel más crujiente.
- Ajusta las especias a tu gusto: si te gusta un punto picante, añade un poco de cayena o chile en polvo; si prefieres algo más aromático, prueba con curry o hierbas secas.
- No las hornees demasiado tiempo: si te pasas de los 40 minutos se pueden secar. Están listas cuando la piel está bien dorada y al pinchar la carne suelta jugo claro.
Cómo acompañar las alitas de pollo al horno
Para que las alitas de pollo al horno brillen aún más, no olvide elegir los acompañamientos adecuados. Unas salsas caseras son casi una necesidad; puede optar por clásicos como la barbacoa o la miel y mostaza, o ser más original con una salsa de yogur con hierbas frescas o un alioli suave. Las patatas, en cualquiera de sus versiones, son la guarnición que nunca falla, ya sean fritas, asadas o cortadas en gajos al horno con un toque de romero y ajo. Si busca equilibrar el plato, una ensalada fresca es la mejor opción. Una simple de lechuga, tomate y cebolla es un acierto, y una coleslaw con mayonesa también le dará un toque especial. Por último, para un acompañamiento más ligero, pruebe a asar unas verduras como calabacín, berenjena o pimientos al mismo tiempo que las alitas. Y para los que disfrutan rebañando cada gota de salsa, un buen trozo de pan crujiente o focaccia es el compañero ideal.
Ahí lo tienes, tu receta completa para unas alitas de pollo al horno que te van a pedir una y otra vez. Te prometo que la primera vez que las hice, mi familia las devoró en cuestión de minutos, ¡y ahora son un clásico en casa! Ya verás que son de esas recetas que siempre te sacan de un apuro y con las que quedas como un chef, sin apenas esfuerzo. ¡A disfrutar!
Si buscas otras recetas con pollo, no puedes dejar de probar el pollo al limón, que destaca por su salsa agridulce y refrescante; el cordon bleu de pollo, un clásico de la cocina francesa relleno de jamón y queso que se deshace en la boca; los muslos de pollo al horno, ideales para una comida familiar por su jugosidad y su capa exterior crujiente; y, por supuesto, el inigualable pollo asado, una receta que, aunque sencilla, siempre triunfa por su sabor casero e inconfundible.