A ver, ¿a quién no le ha pasado? Llegas a casa por la tarde, cansada, y de repente te asalta ese antojo de chocolate, o tus hijos te miran con ojos de corderito degollado pidiendo algo dulce. La nevera está vacía, no hay galletas, ni bizcocho, ni nada de nada. Y en ese momento, la mente se te pone a trabajar a toda máquina buscando una solución rápida. Para mí, el brownie a la taza se ha convertido en la respuesta a ese dilema.
Es una de esas recetas que siempre funcionan, y lo mejor, la tienes lista en un abrir y cerrar de ojos, sin ensuciar toda la cocina. Un poco de harina, algo de cacao, un par de huevos y ¡voilà! En apenas un par de minutos, un delicioso brownie en taza se materializa en el microondas. Es la forma más fácil y rápida de darse un capricho o de contentar a los peques, que por cierto, se lo pasan pipa ayudando a mezclar los ingredientes.
La verdad es que, cuando descubrí esta receta de brownie al microondas, me cambió la vida. Es perfecta para esas tardes de manta y peli, para un postre improvisado después de comer, o simplemente para esos momentos en los que necesitas una dosis de felicidad chocolatosa. Y mira que parece mentira que algo tan rico pueda ser tan sumamente sencillo.
ÍNDICE DE CONTENIDOS
Receta de brownie a la taza fácil
Ingredientes
- 3 cucharadas de harina de trigo
- 2 cucharadas de azúcar
- 2 cucharadas de cacao puro en polvo sin azúcar
- 1 huevo
- 1 cucharada de aceite de girasol
- 2 cucharadas de leche
- Un chorrito de esencia de vainilla
- Una pizca de sal
- 1/4 cucharadita de levadura en polvo
Cómo hacer brownie en taza al microondas
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El primer paso es mezclar bien todos los ingredientes secos. Coge una taza grande, de las de desayuno, y echa la harina, el azúcar, el cacao, la sal y la levadura. Con una cuchara, remuévelo todo para que se integre bien.
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Ahora, añade los líquidos. Echa el huevo, la leche, el aceite y el chorrito de vainilla. Con la misma cuchara, mezcla todo con cuidado. No hace falta que lo batas mucho, simplemente con que se integre todo es suficiente. La idea es que te quede una masa densa, pero que no sea un ladrillo.
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Una vez tienes la masa en la taza, solo queda meterla en el microondas. Ponlo a máxima potencia, a unos 800W o 900W, y lo normal es que en un minuto o un minuto y medio esté listo. Pero como cada microondas es un mundo, lo mejor es que lo pongas 1 minuto, lo mires, y si ves que aún está muy crudo, lo vuelvas a poner de 20 en 20 segundos. Estará listo cuando la parte de arriba esté cocida, pero el interior, si pinchas con un palillo, salga un poco manchado. Esto es lo que le da esa textura jugosa de brownie.

Consejos para un brownie a la taza en microondas perfecto
- No te pases batiendo: Es un error muy común. No lo batas como si fueras a hacer un bizcocho. La idea es mezclar los ingredientes hasta que estén integrados, no meterles aire. Si lo bates demasiado, puede que te quede una textura más parecida a la de un bizcocho en microondas. Recuerda que la gracia del brownie a la taza es que es denso y jugoso.
- Vigila el tiempo: Como te decía antes, cada microondas es diferente. Empieza con un minuto a máxima potencia y luego ve añadiendo de 20 en 20 segundos. El truco es que el centro esté un poco húmedo. Si lo cocinas demasiado, se secará y no tendrá esa textura tan rica que buscamos.
- Elige bien la taza: Es importante que uses una taza grande, de las de desayuno, para que la masa tenga espacio suficiente para crecer sin desbordarse. La taza también debe ser apta para microondas, claro, que no sea de esas con detalles metálicos o algo así.
Cómo acompañar tu brownie a la taza
A mí, la verdad, me gusta comérmelo tal cual, recién hecho y calentito. Pero si quieres darle un toque extra, hay un montón de opciones muy sencillas que lo convierten en un postre de categoría.
Una de mis combinaciones favoritas es con una bola de helado de vainilla por encima. El contraste entre el frío del helado y el calor del brownie a la taza recién hecho es una auténtica pasada. Además, el helado se derrite un poquito y se mezcla con el chocolate, creando una especie de salsa que está para morirse.
Otra opción muy simple es añadirle un poco de nata montada y espolvorear por encima unos frutos rojos, como fresas o frambuesas. El toque ácido de la fruta combina genial con el dulzor del chocolate y le da un punto de frescura que le va de cine. Y, ahora que lo pienso, si no tienes frutos rojos, unas rodajas de plátano también le quedan de maravilla.
Si eres de los que te gusta el toque crujiente, puedes añadirle unas cuantas avellanas o nueces picadas por encima. La verdad es que este tipo de frutos secos le dan una textura diferente al brownie que me gusta mucho. Otra opción, si tienes, es echarle unos trocitos de chocolate con leche o incluso de chocolate blanco, para que se derritan un poco con el calor.
Pues mira, la verdad es que al final, lo más importante de esta receta de brownie a la taza es que te saca de un apuro y te da una alegría en un momento. No sé si te ha pasado, pero a mí me encanta tener recetas así, de esas que no fallan y que no te complican la vida. Es la solución perfecta para esos días que no tienes ni tiempo ni ganas de liarte con la cocina, pero te apetece un buen postre de chocolate.
De verdad, te animo a que lo pruebes. Y si ya lo has hecho, cuéntame, ¿qué le sueles poner por encima? ¿Eres de helado, de nata o de comértelo tal cual?
Si buscas otros caprichos dulces de chocolate, no puedes dejar de probar la receta de helado de chocolate casero, que te prometo que queda cremosísimo sin necesidad de heladera, la mousse de chocolate, que es de lo más ligera y aireada para un final de comida perfecto, o el espectacular coulant de chocolate, para esos días que te apetece sorprender con ese corazón líquido tan especial.