A ver, si nunca has probado el pulled pork, te estás perdiendo una de esas recetas que parecen más complicadas de lo que realmente son. Es carne de cerdo cocinada muy lentamente hasta que se deshace sola, literalmente, con un tenedor. Lo típico que ves en hamburguesas americanas bien potentes o en bocatas que gotean salsa por todas partes. Pero oye, que no hace falta ser un experto para prepararlo en casa y que quede brutal.
Lo bueno de esta receta es que, aunque requiere algo de paciencia (porque sí, lleva su tiempo), no tiene misterio. Un buen trozo de carne, unas cuantas especias, y dejar que el horno o la olla hagan su trabajo. De verdad, es una de esas cosas que casi se cocinan solas mientras tú haces otras cosas. Eso sí, el olor que empieza a salir de la cocina… te avisa de que se viene fiesta.
Y lo mejor de todo es que el pulled pork es súper versátil. Lo puedes meter en un panecillo con col y salsa barbacoa, lo puedes mezclar con arroz, hacer tacos, poner encima de unas patatas asadas… vamos, lo que tengas a mano. Así que si quieres una receta que te salve más de una comida y que encima luzca un montón, esta es la tuya.
ÍNDICE DE CONTENIDOS
Receta de Pulled Pork (cerdo desmigado)
Ingredientes
- 1,5 kg de aguja de cerdo (también sirve paleta o cabeza de lomo, pero que tenga grasita)
- 2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
- Sal y pimienta al gusto
Para la carne
- 1 cucharada de pimentón dulce
- 1 cucharada de azúcar moreno
- 1 cucharadita de ajo en polvo
- 1 cucharadita de cebolla en polvo
- 1/2 cucharadita de comino molido
- Sal al gusto
Para el marinado en seco (rub)
- 200 ml de caldo de carne
- 100 ml de vinagre de manzana
- 1 cucharada de salsa Worcestershire
- 1 cebolla cortada en rodajas
- 2 dientes de ajo machacados
Para la cocción
- 200 ml de ketchup
- 2 cucharadas de vinagre de manzana
- 1 cucharada de azúcar moreno
- 1 cucharada de mostaza
- 1 cucharada de salsa Worcestershire
- 1/2 cucharadita de pimentón ahumado
- Un chorrito de miel (si te va el rollo dulce-picante)
- Sal y pimienta al gusto
Para la salsa barbacoa casera (opcional, pero muy recomendable)
Cómo hacer Pulled Pork casero
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- Lo primero que tienes que hacer es mezclar todas las especias del marinado en seco (el rub). Toma un bol y agrega el pimentón, el azúcar moreno, el ajo en polvo, la cebolla en polvo, el comino y la sal. Mézclalo bien hasta que tengas una especie de polvo uniforme.
- Ahora, coge la carne de cerdo, que debe estar a temperatura ambiente, y frota toda la mezcla de especias por encima, cubriéndola bien. Lo ideal es que dejes la carne reposar toda la noche en el frigorífico para que coja bien todo el sabor del marinado, pero si no tienes tanto tiempo, por lo menos 3 horas.
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- Sellar la carne: este paso es opcional, pero si quieres que tu pulled pork tenga un sabor más intenso y una costra crujiente, te recomiendo sellar la carne. Pon una sartén grande a fuego alto con un chorrito de aceite de oliva. Cuando esté bien caliente, coloca la carne y deja que se dore por todos los lados durante unos 4-5 minutos por cada cara. Esto le dará un toque extra de sabor. ¡Ya verás qué aroma!
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Ahora es cuando entra el truco del pulled pork: cocerlo lentamente para que se deshaga fácilmente. Coloca la carne sellada en una bandeja de horno. Ponlo a 150°C (calor arriba y abajo).
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En la bandeja, añade el caldo de carne, el vinagre de manzana, la salsa Worcestershire, las rodajas de cebolla y los dientes de ajo machacados. Tápalo bien con papel aluminio y deja que se cocine lentamente durante 3 a 4 horas. La idea es que la carne se haga lentamente y quede tan tierna que puedas desmenuzarla solo con un tenedor. ¡El truco es la paciencia!
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- Cuando veas que la carne se ha cocido durante el tiempo indicado, sáquela del horno o de la olla y deja que repose unos minutos. Luego, con un tenedor (o con las manos si te atreves), empieza a desmenuzarla. Verás que se separa fácilmente en hebras finas, que es justo lo que queremos. ¡Y ya está, el pulled pork está listo para disfrutar!
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- Mientras la carne se cocina, puedes aprovechar para preparar la salsa barbacoa casera. Solo tienes que mezclar todos los ingredientes en un cazo y cocinarlos a fuego medio durante unos 10-15 minutos, removiendo de vez en cuando. Cuando veas que la salsa espesa, prueba y ajusta el sabor (si te gusta más dulce, añade un poco más de miel; si prefieres algo más ácido, échale un poco más de vinagre).

Consejos para que el pulled pork quede de escándalo
No escatimes en tiempo de cocción
Uno de los secretos del pulled pork es la cocción lenta. Cuanto más tiempo cocines la carne, más jugosa y desmenuzada quedará. Si tienes una olla lenta (slow cooker), este es el momento de aprovecharla, porque cocina de manera uniforme y con paciencia, y el resultado es espectacular. Si usas el horno, mejor si lo haces a temperatura baja y durante más horas, en torno a las 4 horas. Así que, si tienes que esperar un poco, no pasa nada, el esfuerzo merece la pena.
Usa carne con un buen contenido de grasa
Para que el pulled pork quede jugoso y sabroso, es muy importante que la carne tenga un buen porcentaje de grasa. La aguja de cerdo es ideal porque se deshace fácilmente y la grasa se derrite durante la cocción, dándole todo el sabor. Si eliges una carne magra, te arriesgas a que quede un poco seca, así que no te cortes con la parte grasita.
Deja reposar la carne antes de desmenuzarla
Cuando saques la carne del horno o de la olla lenta, deja que repose unos minutos antes de desmenuzarla. Esto ayuda a que los jugos se redistribuyan y la carne quede más jugosa al desmenuzarla. No tengas prisa por desmenuzarla, ¡la espera vale la pena!
Aprovecha el jugo de la cocción
El líquido que queda en la bandeja o en la olla es oro puro. Si ves que te queda algo de salsa, úsala para mojar la carne una vez la hayas desmenuzado. Además, puedes usarla para mojar los panecillos en los que sirvas el pulled pork. Esto le da un toque aún más sabroso.
Marinado de un día para otro
Si puedes planificar con antelación, marinar la carne el día anterior le da tiempo para absorber todos los sabores de las especias. Esto no es imprescindible, pero si te surge la oportunidad, ¡hazlo! Un par de horas de reposo son suficientes, pero 12 horas le dan una capa extra de sabor.
¿Con qué acompañar el pulled pork?
El pulled pork es tan versátil que te permite acompañarlo con un montón de opciones que lo complementan a la perfección. Una de las formas más clásicas de servirlo es dentro de unos panecillos de hamburguesa, acompañados de coleslaw o ensalada de col. Esta mezcla de lo jugoso y tierno de la carne con el toque crujiente y fresco de la ensalada le da un equilibrio fantástico. No te olvides de añadir salsa barbacoa al gusto para darle ese toque final que tanto lo caracteriza.
Si te apetece algo más ligero, puedes optar por una ensalada fresca. Algo sencillo como unas hojas verdes con zanahoria rallada y pepino, aliñado con una vinagreta suave. La frescura de la ensalada contrasta muy bien con el sabor profundo y jugoso del pulled pork.
Si prefieres acompañarlo con algo más sustancioso, unas papas fritas o patatas asadas al horno son ideales. El toque crujiente y salado de las papas va de maravilla con la suavidad de la carne. También puedes añadirle un poco del jugo de cocción de la carne para darle un sabor extra.
Otra opción es acompañarlo con arroz. Puedes prepararlo al estilo cajún, con pimientos y especias, o simplemente hacerlo blanco con un toque de cilantro fresco. El arroz combina muy bien con la carne desmenuzada, sobre todo si lo aderezas con el jugo que queda en la cocción del cerdo.
Si te apetece algo diferente, prepara unos tacos con tortillas de maíz y mete en ellos el pulled pork junto con cebolla morada encurtida, cilantro fresco y una salsa picante si te gusta. ¡Es una opción perfecta para esos días en los que te apetece algo más informal pero delicioso!
Finalmente, unas verduras asadas como zanahorias, calabacín o espárragos también son una excelente opción. Además, son súper fáciles de preparar y puedes hacerlo mientras se cocina la carne, así no tienes que estar pendiente de más cosas.
Bueno, espero que te hayas quedado con ganas de prepararlo ya mismo. Como te decía antes, es uno de esos platos que te hacen quedar como un chef sin tanto esfuerzo. ¡Nos leemos pronto y que aproveche!
Si te gustan los bocadillos internacionales, no puedes dejar de probar las hamburguesas caseras, preparadas con carne de calidad, especias y queso derretido en panecillos tiernos. Si prefieres algo más jugoso, los filetes rusos son ideales, perfectos para un almuerzo rápido. Las quesadillas, rellenas de queso y otros ingredientes como pollo o carne, son fáciles de hacer y súper sabrosas. Las arepas son otra opción genial. Y si buscas un toque más exótico, el shawarma de pollo, con carne marinada y salsa cremosa, es ideal para acompañar con pan de pita o arroz.