La ensalada de lentejas es de esas recetas que no te esperas que estén tan buenas hasta que las pruebas. A ti también te pasa que terminas haciendo siempre las mismas ensaladas, ¿no? Pues yo sí. Que si la típica de lechuga y tomate, que si el atún con maíz… al final me canso y empiezo a buscar ideas nuevas. Y así fue como me topé con esta mezcla que, la verdad, ahora repito bastante.
Lo bueno es que es súper fácil de preparar, no necesitas ingredientes raros ni complicarte mucho. Solo tienes que tener unas buenas lentejas (ya cocidas, claro), un poco de verdura fresca que no sean los típicos tomates, y el aliño justo para que quede con ese punto refrescante. Y oye, llena bastante, que no es solo un acompañamiento de esos que comes y al rato ya tienes hambre otra vez.
Además, esta ensalada de lentejas se puede dejar hecha con antelación, así que va genial para los días de prisas o si te llevas la comida al trabajo. Y entre tú y yo: es una forma bastante apañada de comer legumbres sin tener que hacer potajes, que en verano no apetecen nada. Mira, te cuento cómo la hago yo.
ÍNDICE DE CONTENIDOS
Receta de ensalada de lentejas ligera y fácil
Ingredientes
- 300 g de lentejas cocidas (pueden ser de bote
- 1 pimiento rojo pequeño
- 1 pepino pequeño
- 1/2 cebolla morada mediana
- Un buen puñado de perejil fresco
- Zumo de 1 limón
- 3 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
- Sal y pimienta negra al gusto
Para la vinagreta
Cómo hacer ensalada de lentejas
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Lo primero es tener las lentejas ya cocidas. Si usas lentejas de bote, enjuágalas bien bajo el grifo con agua fría para quitar ese líquido que traen. Déjalas escurrir mientras vas preparando el resto.
Si prefieres cocerlas tú, genial, pero ten en cuenta que tienen que estar bien hechas pero no deshechas, que se mantengan firmes para que la ensalada no quede pastosa.
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Mientras tanto, pica el pimiento rojo en cubos pequeños.
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Haz lo mismo con el pepino y la cebolla morada. Intenta que sean más o menos del mismo tamaño, para que al comerla no te toque un trozo enorme de cebolla y otro diminuto de pimiento, ya sabes.
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El perejil, mejor bien picado, sin pasarse, solo lo justo para que se reparta bien por toda la ensalada.
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Ahora toca mezclar. En un bol grande, junta las lentejas escurridas con las verduras que acabas de cortar. Remueve con suavidad, no vayas con la cuchara a lo loco que las lentejas se rompen con nada. Con una espátula de silicona o una cuchara de madera va mejor la cosa.
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Prepara la vinagreta mezclando el zumo de limón con el aceite de oliva, un poco de sal y pimienta al gusto. Bátelo un poco con un tenedor o mejor aún, mételo en un bote, cierra bien y sacude para que emulsione bien. Vierte esta mezcla por encima de la ensalada y remueve de nuevo con cuidado.
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Una vez esté todo bien integrado, puedes dejarla reposar en la nevera unos 15-20 minutos. No es obligatorio, pero la verdad es que los sabores se mezclan mejor y queda más fresquita. Y ya estaría. Fácil, ¿no?
Consejos para hacer una ensalada de lentejas perfecta
- Usa lentejas pardinas si las cueces tú en casa. Son pequeñas, firmes y no se deshacen con facilidad, ideales para ensaladas.
- Si usas lentejas de bote, enjuágalas bien bajo el grifo hasta que dejen de hacer espuma. Quitas el sabor a conserva y quedan mucho más agradables.
- Pica las verduras en cubitos pequeños y del mismo tamaño. Así queda más equilibrada al comerla y no te encuentras trozos descompensados.
- ¿No te va la cebolla fuerte? Déjala en remojo con agua fría y un chorrito de vinagre durante 10 minutos antes de mezclarla con el resto. Queda más suave.
- Deja reposar la ensalada en la nevera unos 15-20 minutos antes de servirla. Los sabores se mezclan mejor y gana frescura.
- ¿Ha soltado líquido al día siguiente? No pasa nada. Solo remueve bien y, si te apetece, ajusta con un poquito más de aliño (limón o aceite).
Cómo acompañar la ensalada de lentejas
Esta ensalada de lentejas va tan bien sola como con mil cosas más. Yo muchas veces me la como como plato único, sobre todo para cenar. Tiene legumbre, verdura, algo de grasa saludable con el aceite… vamos, que no le falta de nada. Pero si quieres montarte un menú un poco más completo, aquí van unas ideas.
Puedes servirla con un filete de pollo a la plancha o con salmón al horno, que le va fenomenal ese punto más graso con la acidez del limón. Incluso unos huevos cocidos cortados por encima ya te dejan una comida apañadísima.
Si eres más de pan, un buen trozo de pan rústico con tomate o unas tostadas integrales también le pegan mucho. O incluso en plan picoteo, con unas aceitunas y un poco de hummus al lado, te haces una comida fría completa sin complicarte.
Total, que si te estás aburriendo de las mismas ensaladas de siempre, esta de lentejas es una opción buenísima para salir del bucle. Es fácil, rápida, fresquita y encima sacia, que no es poca cosa. Y lo mejor es que puedes dejarla hecha con antelación, así que va genial para el tupper o para cuando llegas a casa con cero ganas de cocinar. Vamos, que merece la pena probarla al menos una vez… aunque ya te aviso que es de las que repites.
Para terminar te sugiero algunas otras recetas de legumbres. Si te gustan las ensaladas frescas y llenas de sabor, no puedes dejar de probar la ensalada de garbanzos. Si prefieres algo más calentito y tradicional, la receta de guisantes con jamón es un clásico que nunca falla, y también las habas con jamón son una opción estupenda. Y si quieres algo diferente y con un toque exótico, el falafel es una receta de origen mediooriental que se hace con garbanzos molidos y especias, perfecta para comer solo, en bocadillo o con salsa de yogur.
