La salsa tártara es esa mezcla cremosa con un puntito ácido que, mira, yo siempre tenía por ahí en la nevera, en un tarro de los que compras en el súper. Durante años me conformé con esas versiones industriales, pensando que era lo normal. Hasta que un día me animé a hacerla en casa, casi por curiosidad, y te digo que desde entonces no he vuelto a comprarla hecha.
Es que no tiene nada que ver. La textura es más suave, el sabor mucho más fresco y encima puedes ajustar el punto justo de pepinillo o alcaparra que más te guste. Al final, no deja de ser una mayonesa a la que le añades algunos encurtidos picaditos, un poco de mostaza y huevo duro. Sencillo, pero con un resultado que sorprende.
Si te apetece preparar una salsa tártara casera que levante cualquier plato de pescado, unas patatas, o incluso una hamburguesa, quédate por aquí que te cuento cómo hacerla paso a paso. Verás que en menos de diez minutos la tienes lista y sin misterios.
ÍNDICE DE CONTENIDOS
Receta de salsa tártara casera
Ingredientes
- 200 g de mayonesa
- 2 huevos cocidos
- 2 pepinillos en vinagre medianos
- 1 cucharada de alcaparras
- 1 cucharada de mostaza de Dijon
- 1 cucharadita de zumo de limón
- 2 cucharadas de cebolleta, chalota o cebolla muy picadita
- Pimienta negra molida al gusto
Cómo hacer salsa tártara
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Lo primero que tienes que hacer es cocer los huevos. Ponlos en un cazo con agua fría y cuando empiece a hervir cuenta unos diez minutos. Después pásalos por agua fría para que se enfríen rápido y puedas pelarlos sin problema. Una vez fríos, quítales la cáscara y pícalos bien finos con un cuchillo.
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Ahora prepara los encurtidos. Pica los pepinillos en trocitos pequeños, igual que las alcaparras. La idea es que se noten en la salsa pero no queden trozos demasiado grandes que se coman el protagonismo. Haz lo mismo con la cebolleta o la chalota, que aporta un punto fresco y un poco crujiente.
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En un bol grande pon la mayonesa. Añade la cucharadita de mostaza y el zumo de limón. Mezcla un poco con una cuchara o unas varillas hasta que todo quede bien integrado.
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Echa los huevos cocidos picados, los pepinillos, las alcaparras y la cebolleta al bol. Remueve hasta que todo quede repartido de manera uniforme.
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Por último, echa un poco de pimienta negra molida. Prueba la salsa y, si quieres, corrige con un poco más de mostaza o zumo de limón según tu gusto. Cuando esté lista, métela en la nevera al menos media hora para que coja cuerpo y se mezclen bien los sabores.

Consejos para hacer salsa tártara
- Usa mayonesa de buena calidad, porque es la base de la salsa. Si tienes un minuto para hacer mayonesa casera, mejor que mejor. Si no, compra una que sea cremosa y no muy ácida.
- Pica todo del mismo tamaño, sobre todo los pepinillos, la cebolleta y las alcaparras. Así al comerla no te encuentras un trozo enorme de algo y todo queda más equilibrado.
- Enfría bien los huevos cocidos antes de picarlos, para que no suelten agua caliente y la salsa pierda consistencia.
- Si te gusta más ligera, puedes mezclar un poco de yogur natural con la mayonesa, pero ten en cuenta que cambiará el sabor y quedará algo más suave.
- Conserva la salsa en la nevera en un bote hermético y consúmela en un máximo de 2-3 días, porque lleva huevo cocido y no aguanta mucho más. Si usas mayonesa casera, es conveniente consumirla en el día.
¿Con qué puedes servir la salsa tártara?
La salsa tártara combina genial con muchos platos. Lo más clásico es usarla con pescado rebozado, por ejemplo, unas tiras de merluza o bacalao crujiente. Ese contraste entre el rebozado caliente y la salsa fría es una pasada.
Si te apetece algo más ligero, pruébala con verduras a la plancha o al vapor. Unos espárragos, un brócoli bien cocido o unas judías verdes pueden mejorar mucho con un par de cucharadas de esta salsa por encima.
Otra idea es usarla como acompañamiento en hamburguesas o bocadillos. Le da un punto cremoso y ácido que sustituye perfectamente a cualquier otra salsa. Yo la suelo poner también con patatas al horno o patatas fritas, sobre todo cuando preparo algo rápido para cenar.
Si tienes invitados, puedes presentarla como dip en un cuenco con unos bastones de zanahoria y apio. Es una forma sencilla de darle un toque diferente a un picoteo sin mucha complicación.
Bueno, pues ya ves que hacer salsa tártara casera no tiene misterio. A mí me costó decidirme a prepararla por primera vez porque pensaba que sería un follón, pero una vez que la pruebas recién hecha, no vuelves al bote del supermercado. Si te animas, ya me contarás qué tal te queda.
Si te gustan las salsas con un toque fresco y lleno de hierbas, no puedes dejar de probar el chimichurri, una mezcla típica argentina perfecta para acompañar carnes a la parrilla y darle un punto picante y aromático. Si prefieres algo cremoso y con sabor a aguacate, el guacamole es tu salsa, sencilla y llena de frescura, ideal para nachos o como complemento en tacos. Y si buscas una salsa ligera y llena de sabor natural, el pico de gallo es la opción perfecta: una combinación de tomate, cebolla y cilantro que aporta un toque fresco y crujiente a tus platos mexicanos favoritos.